El actor Gaston Pauls se mostró a corazón abierto y reveló detalles desconocidos de su salida de las adicciones. Hace 14 años ha dejado de consumir, y hoy puede mirar hacia atrás observando una historia de superación y de sanación personal. Habiendo sido pareja de Agustina Cherri, el protagonista reconoció en La Nación que su colega ha sido vital en la ruta hacia la recuperación.
Asegurando que su problema personal no ha sido el factor que determino la ruptura entre ambos, Pauls agregó: "De hecho en ese sentido ella fue una gran ayuda en mi salida. Agustina fue una enorme ayuda para salir. Yo dejé de consumir en 2007, cuando llevábamos ya unos meses de relación. Así que, al contrario, mucho de mi recuperación se lo debo a ella".
"Después de mucho tiempo de consumo me encontré sintiendo que iba a perder todo. Y creo que ahí hubo una iluminación. Lo primero que tuve que hacer es lo que deben hacer todos los adictos del mundo: reconocer que tenés una enfermedad y no podés solo. Ese es el primer paso. A un adicto no lo podés obligar a que se recupere, si internamente no hace un clic y reconoce que no puede solo, lo podés internar un año y medio y luego, cuando salga, volverá a consumir", reconoció el protagonista de la mítica película Nueve Reinas (la cual lideró junto a Ricardo Darín).
¿Cuándo fue el momento en que Gaston Pauls tuvo "el click" y comenzó a salir de las adicciones?
-Fue una noche después de varias sin dormir. Sentí que me moría y, por primera vez en mi vida, yo que no era religioso, no había tomado la comunión y no sabía ni cómo rezar, levanté la cabeza y dije: “Dios, sacame de acá, yo solo no puedo”. Y algo pasó porque a los veinte minutos me dormí, después de días y días sin poder cerrar los ojos. Después entendí que eso le pasa a todos los adictos: reconocés que no podés solo y te encomendás a algo. Y no me estoy refiriendo a algo necesariamente religioso sino espiritual. En los grupos de recuperación de adictos se habla de 12 pasos. Primero, de reconocer que sos impotente ante la adicción, porque tu vida se ha vuelto ingobernable; luego, de creer que un poder superior nos puede devolver el sano juicio, y no importa si es Jesús, Jehová o Alá. Se habla de un poder superior. Y el tercer paso te habla de poner tu vida al cuidado de ese poder superior, como cada uno lo conciba. Aquella noche yo empecé a hacer ese proceso.