El genetista David Sinclair afirma que es posible retrasar el envejecimiento con una serie de sencillos hábitos. El científico está a cargo de un laboratorio en la Universidad de Harvard, donde estudia por qué envejecen los humanos, una materia en la que cuenta con más de dos décadas de trayectoria. Además de acumular decenas de premios de asociaciones y entidades científicas, también fue elegido como una de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Time.
Gran parte del mundo considera que envejecer es algo natural e inevitable, que a todos nos llegará en algún momento de la vida. Pero David Sinclair no está de acuerdo y así lo reveló en un diálogo con BBC Brasil. "No hay ninguna ley en biología que diga que debemos envejecer. No sabemos cómo detener esto, pero estamos mejorando para reducir la velocidad. Y, en el laboratorio, lo pudimos revertir (el proceso)", le aseguró el científico al medio brasileño.
Si bien su opinión podría considerarse dudosa, lo cierto es que Sinclair es un especialista en el tema: tiene un doctorado por la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, y un posdoctorado del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Estados Unidos. Además, está a cargo de un laboratorio en la Universidad de Harvard donde investiga por qué envejecemos, trabajo por el que ya recibió decenas de condecoraciones y reconocimientos de distintas asociaciones y entidades científicas.
Claro que también Sinclair tiene una visión comercial respecto al tema ya que posee 35 patentes y fundó o está involucrado en varias empresas de biotecnología, algunas de ellas dedicadas a frenar o prevenir el envejecimiento. En el 2019, el banco Merrill Lynch consideró que esta industria factura 110 mil millones de dólares, mientras que para el 2025 llegará a los 600 mil millones de dólares. Sinclair asegura que pronto será posible retrasar el envejecimiento con medicamentos y que, probablemente, se logre revertir el proceso de envejecimiento, al que considera "no inevitable".
Entre sus ideas, Sinclair también asegura que es necesario plantear un cambio radical en cómo se piensa al envejecimiento. En vez de tomarlo como un proceso natural y común, plantea que hay que considerarlo como una enfermedad, y como tal es tratable y hasta curable. "Hay tecnologías que podemos utilizar para superar nuestra biología. La tecnología resuelve problemas y nos hace mejores que antes. Somos una especie que innova. Sin tecnología no hubiéramos sobrevivido", sumó el científico de Harvard en su extensa charla con BBC Brasil.