Un pueblo español se tiñe de rojo por la fiesta de la Tomatina

29 de agosto, 2024 | 05.40

Las calles de un pueblo del este de España se tiñeron de rojo el miércoles cuando los participantes se lanzaron tomates maduros en una animada batalla campal durante la tradicional fiesta de la Tomatina.

Unos 22.000 asistentes vestidos de blanco y salpicados de pulpa de tomate participaron en el frenesí que se apodera de Buñol —situada a 40 kilómetros al oeste de Valencia— cada año en la última semana de agosto.

Siete camiones distribuyeron 150 toneladas de tomates pera maduros a los ansiosos asistentes, muchos de ellos visitantes del extranjero. Los no residentes pagan una cuota de 15 euros (16,70 dólares), mientras que los habitantes de Buñol lo disfrutan gratis.

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"¡Nos encantan los tomates! Por eso decidimos venir y nos lo pasamos genial", dijo Taylor, que venía de Australia, y añadió que ella y sus amigas "harían unos espaguetis para comerlos con la salsa".

El comienzo de la pelea, de una hora de duración, se señaló con petardos que se encendieron cuando uno de los contendientes consiguió trepar por un poste resbaladizo enjabonado para agarrar una pata de jamón que colgaba de lo alto.

Senam, de Kenia, describió el evento como "hermoso, maravilloso, creativo, alucinante".

Una vez terminado el alboroto, un equipo de limpieza armado con mangueras de agua se encargó de retirar los desechos de las calles del pueblo, que quedaron relucientes gracias a la acidez natural de los tomates.

Estos frutos, cultivados específicamente para la fiesta, se consideran demasiado ácidos para el consumo humano.

Según la página web oficial de la Tomatina, la fiesta se originó en una reyerta que se produjo en 1945 cuando unos jóvenes que intentaban ver de cerca un desfile derribaron a uno de los participantes. Varias personas arrancaron tomates de un puesto cercano como improvisados proyectiles hasta que la policía restableció el orden.

Al año siguiente, los jóvenes recrearon el altercado, y algunos incluso llevaron sus propios tomates. El acto se prohibió brevemente en la década de 1950 bajo la dictadura fascista del general Francisco Franco, pero se reanudó en 1959 con algunas normas.

(1 dólar = 0,8992 euros)

Con información de Reuters