El Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA), presentó un novedoso método para estimar el bienestar económico global con imágenes satelitales nocturnas. "Podemos orientar las intervenciones para alivio de la pobreza y señalizar los lugares en los que centrarse para mejorar el acceso a la energía", especificó uno de los autores del proyecto sobre los beneficios de este método.
Los investigadores se guiaron de imágenes nocturnas de la Tierra tomadas por satélites y estudiaron la actividad humana de los últimos 30 años. A partir de esta investigación pudieron establecer que estas imágenes, comúnmente conocidas como resplandor nocturno o luces nocturnas, pueden ayudar a mapear problemas como el crecimiento económico, la pobreza y la desigualdad, especialmente en lugares donde faltan datos.
Según determinaron los especialistas, en los países en desarrollo las áreas que no están iluminadas por la noche generalmente indican un desarrollo limitado, mientras que las áreas muy iluminadas indican lo contrario. Esto se ve, por ejemplo, en las ciudades capitales, donde la infraestructura es abundante.
En el estudio recién publicado en Nature Communications, los investigadores del IIASA y colegas de varias otras instituciones se centraron específicamente en los datos de las áreas no iluminadas para estimar el bienestar económico global.
"Mientras que el trabajo anterior se ha centrado más en la relación entre las áreas iluminadas y el desarrollo económico, descubrimos que en realidad también funciona al revés y que las áreas no iluminadas son un buen indicador de la pobreza. Al identificar esas áreas no iluminadas, podemos orientar las intervenciones para alivio de la pobreza y lugares en los que centrarse para mejorar el acceso a la energía", explica en un comunicado el autor del estudio y director del programa de iniciativas estratégicas de IIASA, Steffen Fritz.
Los investigadores utilizaron un índice de riqueza geoespacial para hogares calculado por el programa de Encuestas Demográficas y de Salud (DHS) y lo aplicaron en varios países de África, Asia y América. En este procedimiento ubicaron a los hogares individuales en una escala continua de riqueza relativa de más pobre a más rico. Luego combinaron estos datos con imágenes satelitales de luces nocturnas globales en estos países y encontraron que el 19% de la huella de asentamiento total del planeta no tenía radiación artificial detectable asociada.
La mayoría de las huellas de asentamientos sin iluminar se encontraron en África (39%) y Asia (23%). Si solo se considera la infraestructura rural sin iluminación, estas cifras aumentan al 65% y 40% respectivamente. En casi todos los países, los resultados indican una clara asociación entre el aumento de los porcentajes de comunidades sin iluminación en un país y la disminución de los niveles de bienestar económico.
"Pudimos mapear y predecir la clase de riqueza de alrededor de 2,4 millones de hogares para 49 países repartidos por África, Asia y América en función del porcentaje de asentamientos sin iluminación detectados mediante imágenes satelitales de luz nocturna con una precisión general del 87 %", aseguró el mismo especialista del tema.
"Sorprendentemente, también hubo cantidades relativamente grandes de asentamientos sin iluminación en los países desarrollados, en particular en Europa. Puede haber varias razones para este resultado, incluido el hecho de que el paso elevado del satélite es después de la medianoche, pero también podría deberse a un ahorro consciente de energía en Europa por parte de los propietarios de viviendas, los gobiernos y la industria", dice el líder del grupo de investigación de nuevos ecosistemas de datos para la sostenibilidad de IIASA, Ian McCallum, quien dirigió el estudio.
Cuáles fueron las conclusiones de la investigación
Los investigadores señalan que las agencias gubernamentales suelen priorizar la expansión del acceso a la electricidad para las zonas urbanas en lugar de las rurales. Sin embargo, la electrificación rural es muy prometedora para aumentar el bienestar y también puede tener impactos positivos significativos en términos de ingresos, gastos, salud y educación de los hogares.
En África subsahariana en particular, las proyecciones indican que más de 300 millones de personas seguirán viviendo en la pobreza extrema para 2030. Es probable que los impactos de la pandemia de COVID-19 empujen a entre 88 y 115 millones de personas más a la pobreza extrema en ese mismo año. Sin embargo, estudios como este pueden ayudar a rastrear a los países en desarrollo a medida que se electrifican y a las naciones desarrolladas a medida que reducen su consumo de energía lumínica.