La misión Saocom (Satélite Argentino de Observación con Microondas), consiste en la puesta en órbita de dos constelaciones, (SAOCOM 1 y SAOCOM 2), cada una está compuesta a su vez por dos satélites denominados A y B respectivamente. Estos satélites poseen una compleja tecnología para la observación de la Tierra que ayudarán, por ejemplo, a monitorear, prevenir y mitigar catástrofes naturales. El lanzamiento será el domingo 30 de agosto de 2020.
Ambos satélites fueron desarrollados y fabricados en Argentina por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), junto con la empresa INVAP contratista principal del proyecto, la firma pública VENG, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el Laboratorio GEMA de la Universidad Nacional de La Plata, entre otras 80 empresas de tecnología e instituciones del sistema científico tecnológico del país.
Saocom 1A fue lanzado de manera exitosa en octubre de 2018, el segundo (Saocom 1B) iba a ser puesto en órbita en marzo de este año, pero debido a la emergencia sanitaria por la pandemia del COVID-19 tuvo que posponerse. La siguiente fecha programada fue el 25 de julio pasado, pero las condiciones no se cumplieron y el satélite argentino debió esperar para su propulsión a la órbita terrestre desde Cabo Cañaveral, Florida.
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El satélite posee una cualidad que lo vuelve un lujo para la ciencia: su antena de radar opera en la banda del espectro electromagnético de las microondas (SAR, en banda “L” polarimétrico), permitiendo captar datos tanto de día como de noche, y ante cualquier condición meteorológica. Esto despertó mucho interés en la comunidad científica mundial, todos expectantes de poder hacer uso de los datos que genere, porque se convertirá en el satélite SAR en banda L, con mayor desempeño que exista hasta ahora en todo el planeta.
Con la información que nos brinden estos satélites se podrá generar sistemas de alerta temprana de inundaciones, mapas de riesgo de enfermedades en los cultivos, ayudará a que los productores sepan cuál es el mejor momento para la siembra, fertilización y riego de soja, maíz, trigo y girasol.
Además facilitará las tareas de vigilancia del mar argentino frente a la pesca ilegal, y también dará soporte a la gestión de emergencias ambientales, como la detección de derrames de hidrocarburos en el mar, gracias a la compleja tecnología desarrollada íntegramente en la Argentina.