La NASA a principio de los 70 estaba obsesionada con Júpiter y por lo tanto pensaba enviar una sonda para sacar fotografías. Pero en uno de esos artefactos espaciales, iba algo más.
Desde el planeta Tierra se quería enviar un mensaje al espacio exterior para que lo reciba vida extraterrestre. Y en 1972 se lanzó la sonda Pioneer 10.
Allí iba una nota interestelar, conocida como "La Placa de la Pioneer". En esas placas estaban inscritos con un mensajes simbólicos que informaría a una posible civilización extraterrestre que llegara a interceptar las sondas sobre el ser humano y su lugar de procedencia, la Tierra: una especie de "mensaje en una botella" interestelar.
Cómo surgió la idea de mandar un mensaje a los extraterrestres
Las placas fueron diseñadas y popularizadas por el astrónomo y divulgador científico estadounidense Carl Sagan y por Frank Drake, y dibujadas por Linda Salzman Sagan. De hecho, fue el propio Sagan quien persuadió a la NASA y los convenció para que las Pioneer llevaran la placa.
En ellas aparecen: a la derecha, la imagen de la sonda con el único fin de dar proporción a las dos figuras humanas dibujadas delante, una femenina y otra masculina. Los dibujos originales de las figuras se basaron en los de Leonardo da Vinci y en las esculturas griegas.
Se puede ver que el órgano sexual (la vulva) de la mujer no está representado; solo se muestra el monte de Venus. Se ha afirmado que Sagan, teniendo poco tiempo para completar la placa, sospechaba que la NASA habría rechazado un dibujo más exacto y por lo tanto buscó un compromiso solo para estar seguro.