Los científicos de la NASA están focalizados en una misión que podría significar su mayor avance en años: ¿hay vida en Marte? Y para determinarlo, se encuentran en la preparación de equipos y astronautas dispuestos a la aventura. Ahora, desde el organismo advirtieron que para garantizar el bienestar de los valientes que viajen al planeta rojo, se deberá alterar su ADN. La ética se mete en el campo de juego de la mayor búsqueda espacial.
Se estipula que las misiones tripuladas a Marte comenzar´pan en el 2030 y serán duras para los astronautas, quienes se expondrán a altas cargas de radiación, microgravedad que destruye los huesos, entre otros peligros que podrían matarlos. Para el organismo, la vida de sus trabajadores es algo invaluable y por ello evalúan la posibilidad de alterar sus ADNs, con el fin de volverlos más resistentes.
De esta manera, la ingeniería genética y otras tecnologías avanzadas “podrían tener que entrar en juego si la gente quiere vivir y trabajar y prosperar, y establecer su familia, y permanecer en Marte”, afirmó Kennda Lynch, astrobióloga y geomicrobióloga del Instituto Lunar y Planetario de Houston, Estados Unidos, durante un seminario web organizado por la Academia de Ciencias de Nueva York. Y sostuvo: "es entonces cuando este tipo de tecnologías pueden ser críticas o necesarias”.
Los científicos ya hicieron la prueba insertando genes de animales resistentes en células humanas de laboratorio, y los resultados fueron esclarecedores. Las células manipuladas mostraron una mayor fortaleza y blindaje ante la radiación. De aplicarse, estos cambios podrían permitir en el futuro a los astronautas viajar más lejos que Marte, a algunos lugares cósmicos aún más exóticos y peligrosos.
Pese a los avances, hay algo que despierta incertidumbre en la carrera por llegar al planeta rojo y viene de la mano de varios dilemas éticos. ¿Es correcto alterar el ADN de una persona?, ¿y si eso afecta a los "supuestos" habitantes de Marte? Sin duda se trata de tópicos a analizar y estudiar. Lo cierto es que la NASA es optimista y aspira a develar uno de los mayores misterios del mundo en un lapso de pocos años.