Pese a las complicaciones que viene dejando el coronavirus, el mundo no se ha detenido por completo. En Rusia y Estados Unidos, precisamente, han trabajado para poder realizar un viaje en tiempo récord a la Estación Espacial Internacional (EEI). Y el objetivo, afortunadamente, se cumplió.
Este miércoles, la astronauta estadounidense Kathleen Rubins y los cosmonautas rusos Serguéi Ryjikov y Serguéi Kud-Svershkov, emprendieron un viaje muy veloz desde el cosmódromo ruso de Baikonur en Kazajistán. Durante las primeras horas de la madrugada, la nave Soyuz MS-17 los transportó a una alta velocidad para tratar de recorrer los 408 kilómetros que la Tierra separa la mencionada EEI.
De acuerdo a lo que indicó la agencia espacial rusa Roskosmos, a través de un comunicado, el cohete salió a las 05h45 GMT y se acopló a la Estación Espacial Internacional a las 08h48 GMT. Además, el viaje se realizó en un tiempo récord. Según lo que confirmó Dimitri Rogozin -responsable de la agencia espacial rusa Roskosmos-, fue de "3 horas y 3 minutos". Incluso, dicha nave llegó a la estación cuatro minutos antes de la hora prevista por los especialistas.
La marca lograda por los rusos es verdaderamente histórica, ya que se redujo el tiempo de vuelos tripulados a la mitad: anteriormente, los mismos eran de seis horas, aproximadamente. Para lograrlo, implementaron un nuevo sistema de guiado de los cohetes Soyuz, que permite que se aproxime en tan sólo dos órbitas a la EEI, cuando antiguamente se usaban tres.
Indudablemente, este viaje ha significado muy positivo para que Estados Unidos y Rusia continúen unidos a la hora de trabajar juntos en expediciones y viajes al Espacio. Con esta misión compartida, ambas naciones demostraron que pueden llevar adelante buenas acciones y dejar atrás las diferencias políticas que tantos años los mantuvieron enemistados.