A tan solo 90 minutos de Buenos Aires, una ciudad se erige como un destino ideal para quienes buscan una escapada con historia y naturaleza. Este rincón bonaerense ofrece una combinación única de atractivos turísticos, desde su emblemática laguna hasta el histórico Rancho de Rosas.
Si estás pensando en un plan de fin de semana para una escapada que combine aire libre, historia y actividades recreativas, San Miguel del Monte es una opción que no podés dejar de considerar. A continuación, te contamos todo lo que tenés que saber para disfrutar al máximo de este destino.
San Miguel del Monte y sus principales atractivos
El principal atractivo de San Miguel del Monte es, sin dudas, su laguna. Con más de 10 km de perímetro, la laguna invita a ser recorrida en auto, bicicleta o incluso a pie. La Avenida Costanera es el punto de encuentro para los visitantes, donde se pueden encontrar locales gastronómicos, tiendas de pesca y hasta alquiler de bicicletas. Además, la laguna es el escenario perfecto para avistar carpinchos, especialmente cuando hay poca gente alrededor.
Si lo que buscás es relajarte frente al agua, este lugar ofrece diversas opciones. Hay recreos pagos con parrillas, mesas y baños, aunque suelen ser bastante básicos. Para quienes prefieren no gastar, la laguna cuenta con espacios públicos donde se puede disfrutar del día. Estos lugares son ideales para ver el atardecer, un espectáculo que no te podés perder.
Desde noviembre hasta Semana Santa, la laguna se convierte en un centro de actividades náuticas. Se pueden ver lanchas, kayaks y hasta practicantes de ski acuático. Si no tenés tu propio equipo, hay lugares donde podés alquilar todo lo necesario para pasar un día lleno de acción en el agua.
Aunque la laguna es el principal atractivo, el centro también tiene su encanto. La plaza principal es el corazón de la ciudad, rodeada de tiendas, bares y restaurantes. A unas pocas cuadras de la plaza, se encuentra el Rancho de Rosas, un sitio histórico que vale la pena visitar. No podemos hablar de Monte sin mencionar su atardecer. Los colores del cielo reflejados en la laguna crean un ambiente mágico que se disfruta mejor con unos buenos mates o una cerveza en mano. Es el cierre perfecto para un día de exploración y relax.
El Rancho de Rosas: un lugar con historia
El Rancho de Rosas no es solo un edificio histórico, sino también un testimonio de la ingeniería argentina. En 1987, este rancho de 5 metros de ancho por 24 de largo fue trasladado en un carretón de 120 ruedas hidráulicas desde su ubicación original en la estancia Los Cerrillos hasta el corazón de Monte. Un viaje de varios días a una velocidad de cinco kilómetros por hora, pero que valió la pena para preservar este patrimonio.
El interior del rancho es una cápsula del tiempo. Sus paredes de adobe, pintadas con leche y sangre de vaca para lograr el característico color rosa, han resistido el paso de los años. El rancho cuenta con cinco habitaciones en forma de chorizo, cada una con su entrada independiente y sin cocina ni baño, como era costumbre en la época. Es un lugar que te transporta a otra era, donde podés sentir la historia en cada rincón.
Hoy en día, el rancho alberga un pequeño museo que guarda uniformes de los Colorados del Monte, marcas de yerra y manuscritos de Juan Manuel de Rosas. Fue declarado reliquia histórica y donado a la ciudad por la familia Bemberg, quienes financiaron el traslado y la restauración del edificio. Es un sitio imperdible para quienes quieran sumergirse en la historia argentina.