¿Alguna vez te preguntaste dónde encontrar esos paisajes argentinos que parecen sacados de un cuento de hadas? Hay un lugar en particular que despierta la curiosidad de los viajeros y amantes de la naturaleza: un desierto blanco que es una auténtica joya natural en el medio de la Patagonia.
Pero, ¿dónde queda este asombroso rincón de la Argentina? Acompañanos en este viaje para descubrirlo.
La Maravilla Oculta de la Patagonia: Salinas del Gualicho
Ubicadas en la provincia de Río Negro, a unos 60 km al oeste de la localidad de Las Grutas, las Salinas del Gualicho son un tesoro poco explorado. Este salar es el más grande de Argentina y uno de los de mayor producción en el mundo. Pero no solo eso, su ubicación a 72 metros bajo el nivel del mar lo convierte en una de las mayores depresiones del planeta.
La belleza de este lugar es indescriptible. Imagina caminar bajo un cielo tan claro que te permite ver cuerpos celestes como Marte, Venus y Orión a simple vista. Los atardeceres aquí son simplemente mágicos, y la claridad del cielo te invita a una experiencia astronómica única.
Sin embargo, hay algo que tenés que saber: el acceso a las Salinas del Gualicho es restringido. Solo se permite la entrada a turistas que llegan en excursiones privadas. Esto garantiza la preservación del lugar y una experiencia más íntima para los visitantes.
MÁS INFO
Una de las empresas que ofrece estas excursiones es Desert Tracks. Sus vehículos todoterreno 4x4 y 6x6 son perfectos para esta aventura. Las excursiones suelen comenzar por la tarde para evitar las altas temperaturas, que pueden llegar hasta los 50°C en verano.
Cómo Experimentar las Salinas del Gualicho al Máximo
Para vivir una experiencia completa en las Salinas del Gualicho, es fundamental saber cómo llegar y qué esperar. La excursión parte a las 16 h desde Las Grutas en camionetas 4x4 o en minibús con aire acondicionado. El trayecto incluye 40 km de asfalto y 20 km de ripio hasta llegar al salar.
Una vez allí, la aventura comienza. Los guías te invitan a caminar descalzos sobre la sal, una experiencia que te conecta con la naturaleza de una manera única. Pero eso no es todo; la excursión incluye binoculares o lentes infrarrojos para que puedas explorar el cielo como nunca antes.
Si te preocupa el tema de la comida, no hay de qué preocuparse. La excursión incluye una cena y un brindis a la luz de la luna, justo momentos antes de la medianoche. Es el cierre perfecto para un día lleno de descubrimientos y emociones.