"Caí engañada a un prostíbulo cuando era chica", escribió la bailarina y conductora Estefanía Berardi en sus redes sociales junto a un video que grabó para concientizar a sus seguidores.
Y explicó los motivos que la llevaron a contar su experiencia: "Esto me pasó en Mar del Plata, mi ciudad, mientras buscaba trabajos a los 17 años. Así me terminé dando cuenta que era un puterío, ya que no sabía cómo eran, nunca había visto uno. Y así me escapé y zafé. Terminé de ver la serie de Lali, #skyrojo y me acordé de esta historia que la tenía bloqueada en mi mente. Lo cuento, porque lamentablemente estas cosas siguen sucediendo y mi historia tal vez hace evitar que le suceda a alguien más”.
En el video, la exparticipante de Combate explicó que durante su adolescencia quería empezar a trabajar para no depender económicamente de sus padres, pero que al ser menor de edad no la tomaban en ningún lado. Hasta que vio un aviso que llamó su atención y se postuló al trabajo junto a una amiga. "Estaba con mi amiga en el centro y nos fijamos los avisos en el diario. Uno decía se buscan bailarinas para shows y un número de teléfono. En ese momento mando un mensaje de texto y cuento que soy bailarina profesional. Me contesta que vaya a las 14 y charlemos. Estaba re contenta", relató la influencer, que se formó en danzas clásicas desde los 4 años y ansiaba con ejercer su pasión en la ciudad balnearia.
El lugar en el que fueron citadas era una casa ubicada en el barrio Los Troncos. "Llego y una señora muy mayor me abre la puerta. Me siento a esperar, pero no entendía qué era el lugar. Cuando veo el techo, estaba decorado con telaraña de cotillón y en mi inocencia pensé que era un Instituto de Inglés que festejaban Halloween", detalló, sobre su primera impresión.
Y contó cómo se dio cuenta que estaba en un prostíbulo y se animó a escapar: "Tocan timbre y era un varón. La señora me dice que espere de un lado y que no me vieran para que no me confundieran. Ahí viene una morocha en portaligas que estaba en culo y ahí empiezo a ver que en las habitaciones había todas camas de dos plazas. Me pongo nerviosa y dije 'tengo que salir de acá'. Le digo a la viejita que estaba mi mamá en la puerta y que tenía que salir. Salí corriendo y lloré desesperada".