Cada 28 de diciembre se celebra El Día de los Inocentes. Este evento, que es festejado en distintas partes del mundo, tiene como objetivo realizar bromas de todo tipo para conocidos, amigos y familiares. Sin embargo, y aunque muy pocos lo saben, el origen del mismo esconde una historia tan impactante como escalofriante.
Creer o reventar, un hecho sangriento y una masacre tuvo lugar hace cientos de años para que naciera la denominación Día de los Santos Inocentes, una tradición religiosa que increíblemente con el paso del tiempo se la pasó a llamar "Día de los Inocentes".
El origen del Día de los Inocentes
Cada 28 de diciembre se conmemora el Día de los Santos Inocentes para recordar a todos los menores de dos años que fueron asesinados por orden del rey Herodes I "El Grande". La misma tuvo lugar en Belén, ciudad ubicada en el centro de Cisjordania (Palestina). Está ubicada a 9km del sur de Jerusalén, la capital de Israel. De acuerdo a la versión oficial de la época, la matanza fue para "deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret".
Según se detalla en la Biblia, y justamente después de que los Reyes Magos anunciaran que una estrella les reveló que nacería "El Mesías", fue entre el año 4 antes de Cristo (a. C.) y el 39 después de Cristo (d.C.) la etapa en la que el rey Herodes ordenó asesinar a todos los niños y niñas menores de dos años en Belén y sus alrededores para terminar con la vida de Jesús.
Sin embargo, y de acuerdo al relato, los Reyes Magos recibieron un mensaje a través de sus sueños que no debían volver a Jerusalén, ya que Herodes los quería asesinar. Cuando el rey se enteró de esto, entró en cólera y llamó a los Sumos Sacerdotes para preguntarles en qué sitio exacto iba a nacer el rey de Israel. La respuesta fue que llegaría al mundo en Belén porque así lo había anunciado el profeta Miqueas, que escribió: "Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel".
Como consecuencia, el rey Herodes ordenó asesinar a toda persona que se decía que sería el rey de Israel. Tras la masacre, la Iglesia decretó en el siglo IV d.C. la fiesta del Día de los Santos Inocentes para conmemorar a todos los niños y niñas que perdieron la vida.
Las mejores bromas para hacer en el Día de los Inocentes
Cambiar el azúcar por la sal
Cambiar el azúcar por la sal es una de las bromas más tradicionales del Día de los Inocentes. Lo que se puede hacer es agregarle sal a un tarro de azúcar o ponerle azúcar a un recipiente de sal para que la persona se lleve una sorpresa en algún desayuno, almuerzo, merienda o cena.
Cambiar la hora del reloj
Una efectiva broma para el Día de los Inocentes es cambiar la hora de los relojes de distintos dispositivos: el reloj de mano, el reloj de pared o incluso el celular de la persona en cuestión para tratar de despistarlo. Lo ideal es hacerle creer que es una hora en lugar de otra para que se demore en llegar a algún lugar o para que llegue antes.
La broma con el televisor
Hacerle creer a una persona que el televisor no funciona para que se moleste es otra buena variante. Tan sólo hay que pegarle un trozo de cinta adhesiva al láser del control remoto para bloquear temporalmente la señal. Por lo tanto, "la víctima" cambiará las pilas, tocará el televisor y tratará de arreglarlo de varias maneras sin saber qué hacer.
Pegar dinero en el suelo
Otro clásico de bromas es pegar con pegamento en el suelo alguna moneda o un billete para que la gente en la calle se agache a retirarlo. Al estar pegado, el chiste estará en ver la reacción cuando la persona sienta que no puede levantar el dinero.