Souad Hdidou desafía las normas sociales y rompe los estereotipos desde el volante como la única mujer taxista en la capital marroquí, Rabat, y una de las pocas del país.
Hdidou, de 33 años, empezó a trabajar como camionera tras dejar la escuela y luego se desempeñó en una empresa de distribución de pescado, pero se pasó al taxi por la mejor paga y la mayor libertad, señaló.
"Soy de las que les gustan los retos", dijo Hdidou.
Ahora gana lo suficiente para pagar la hipoteca de su apartamento cerca de Rabat, así como para mantener a su familia en el campo, y ha creado una sólida base de clientes.
"Las madres suelen confiar en mí para que recoja a sus hijos del colegio cuando están ocupadas", explica. "También recibo llamadas para recoger a las mujeres por la noche porque se sienten más cómodas conmigo".
Al volante de su sedán azul, brillantemente limpio y perfumado, y con un talismán en forma de corazón con versos religiosos colgando del espejo retrovisor, Hdidou es una excepción en las calles de Rabat.
"Necesitamos más mujeres taxistas", afirma Nouhila Asah, una clienta, y añade que con Hdidou puede mantener una conversación y hablar libremente por teléfono, a diferencia de lo que ocurre cuando el conductor es un hombre.
Antes había siete mujeres con licencia de taxista en la capital, pero todas dejaron de trabajar excepto Hdidou. Las taxistas enfrentan a veces al acoso sexual en forma de insinuaciones no deseadas, afirma.
Con información de Reuters