El Último Primer Día de clases, o UPD, es una celebración arraigada en la cultura estudiantil de muchos países, especialmente en Argentina. Este evento marca el inicio del último año de cursada para los estudiantes de quinto y sexto año de la escuela media. Aunque se ha convertido en una tradición festiva para los jóvenes, también ha generado preocupación entre autoridades, docentes y padres debido al consumo excesivo de alcohol y sustancias.
La tradición del UPD
El UPD es una festividad donde los estudiantes se reúnen la noche anterior al primer día de clases para celebrar el comienzo de su último año escolar. Esta celebración se ha caracterizado por ser festiva y desenfadada, con jóvenes participando en actividades nocturnas y luego congregándose en el colegio en caravanas, con música, disfraces y, en algunos casos, excesos en el consumo de alcohol.
Recomendaciones para festejar el UPD sin riesgos
Ante las preocupaciones generadas por el comportamiento de los estudiantes durante el UPD, el ex Ministerio de Educación de la Nación en Argentina elaboró una serie de recomendaciones para abordar esta celebración de manera consciente y segura:
1. Propuestas desde la escuela
Las instituciones educativas pueden brindar propuestas construidas en conjunto con los estudiantes, tales como actividades de reflexión sobre la fecha y los festejos pasados, organización de desayunos o meriendas para celebrar el día, o la realización de actividades recreativas en espacios abiertos.
2. Generar acuerdos
Es fundamental establecer acuerdos entre adultos y estudiantes para definir un marco consensuado sobre los festejos del UPD. La participación de toda la comunidad educativa, incluyendo a las familias, es clave para promover celebraciones seguras y responsables.
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3. Fomentar espacios de participación
Los centros de estudiantes y consejos escolares de convivencia pueden ser espacios propicios para el diálogo y la organización de las celebraciones del UPD. Promover la participación activa de los estudiantes en la planificación de eventos puede contribuir a generar un sentido de pertenencia y responsabilidad.
4. Diálogo sobre el futuro
Abrir espacios de diálogo para que los estudiantes puedan expresar sus expectativas, necesidades y preocupaciones respecto al futuro y sus proyectos de vida. Estas conversaciones pueden ayudar a comprender mejor las motivaciones detrás de las celebraciones y orientar los esfuerzos hacia la construcción de un ambiente escolar más inclusivo y enriquecedor.
5. Promover prácticas de cuidado
Es importante problematizar el lugar de los consumos en estas celebraciones y promover prácticas de cuidado entre pares. Habilitar espacios para conversar sobre los riesgos asociados al consumo excesivo de alcohol y sustancias puede contribuir a sensibilizar a los estudiantes y fomentar una cultura de cuidado mutuo.