Mar del Plata no para de sorprender en este 2021, pero en esta oportunidad no tiene que ver con el coronavirus ni nada que se le parezca: los misterios son las estatuas. Es que, después de aquella extraña de una mujer que fue descubierta hace aproximadamente un mes y medio, ahora apareció una de un perro que nadie sabe quién la hizo, aunque ya la quitaron.
El animal habría sido confeccionado en yeso y también tenía su mirada fija en el mar, al igual que la anterior. Fue colocada en la piedra lindera a la de Magrini, aunque lo que llamó la atención en este caso fue que tuviera la lengua afuera, la boca abierta y las orejas "rotas".
Algunos habitantes de Mar del Plata temieron en su momento que, ante la demora de la intendencia para intervenir en la anterior, otros artistas salieran a hacer lo mismo en los distintos puntos de "la ciudad feliz", lo cual efectivamente sucedió en estas últimas horas. De hecho, esta escultura no tenía nombre ni firma, por lo cual todavía se desconoce quién la creó y quién la puso allí.
Sin embargo, la misma duró poco, ya que algunos empleados del municipio que lidera Guillermo Montenegro (Juntos por el Cambio) la sacaron rápidamente. La estatua fue afirmada sobre las piedras con una desprolija utilización de cemento y la removieron porque "toda obra que se emplaza tiene que tener un informe de seguridad que nos garantice que podemos convivir con estas obras escultóricas" según había explicado la directora de restauración, Costanza Addiecchi, cuando apareció la anterior.
El misterio de la estatua de la mujer en Mar del Plata
La que sorprendió hace alrededor de 45 días es una escultura de cemento que representa a una mujer sentada que se toma las piernas mientras mira hacia el mar desde una piedra de la barranca de Playa Chica. Luego de varias jornadas de incertidumbre, finalmente se conoció que el cirujano y artista plástico Mario Magrini fue quien la hizo y la mandó a ubicar allí tras el fin de semana largo por los carnavales.
“Este anonimato fue buscado pero no como estrategia de marketing ni para generar un mayor interés, sino para que la protagonista sea sólo la obra misma y desde allí, en un entorno que la completara, poder averiguar qué despertaba en las personas que la veían”, reconoció él mismo más tarde.