Desde Maradona hasta Taylor Swift, toda personalidad destacada, nacional o internacional, ya sea en el deporte, la cultura o incluso la política, alguna vez ha escuchado a su público cantarle en Argentina el famoso "olé, olé, olé". Debido a esto, muchos han intentado trazar los orígenes de tan peculiar canto.
Entonces, ¿cuál es la raíz de este popular canto, y por qué se usa específicamente ese término? En este artículo te contamos la historia, la etimología de la palabra, y cómo se popularizó en el fútbol en un partido en particular que dio origen a esta tradición.
¿De dónde viene la palabra "olé"?
El término "olé" resuena siempre con fuerza en los estadios y escenarios artísticos en Argentina, pero su origen es tan rico como misterioso. Una de ellas vincula "olé" con el griego, específicamente con el verbo "ololizin", que significa un grito ritual de júbilo o duelo. Esta teoría sugiere que "olé" proviene de una expresión onomatopéyica usada en antiguas celebraciones griegas.
Otra hipótesis lleva a "olé" hasta un episodio bíblico: la boda de Jacob, quien al descubrir que su novia no era Raquel sino Lea, escuchó exclamaciones del público que decían "¡Oh, Lea!". Algunos creen que de esa expresión pudo derivar la palabra "olé". Sin embargo, la teoría más aceptada vincula "olé" con el árabe, producto de los siglos de influencia árabe en la península ibérica. Según esta teoría, "olé" proviene de "Alá", una expresión usada por los árabes para mostrar aprecio por el arte, relacionándolo con la divinidad.
La palabra "olé" se ha asociado en España fuertemente con el flamenco y las corridas de toros, donde se usa para expresar admiración por una actuación o movimiento artístico. Este uso en el flamenco y otras expresiones culturales de España se convirtió en un sello distintivo, llevando el "olé" más allá de sus posibles orígenes etimológicos.
La historia del primer "Olé, olé, olé" en el fútbol argentino
Según el escritor e historiador brasilero Ruy Castro, el "olé, olé, olé" que conocemos hoy en Argentina tuvo su momento fundacional en un partido de fútbol en 1958, en México, entre el Botafogo y River Plate. Durante este encuentro, el histórico jugador brasileño Garrincha deslumbró con su habilidad, llevando a la multitud a gritar "olé" con cada regate exitoso.
El defensor argentino Federico Vairo, enfrentándose al habilidoso extremo, fue "víctima" de estos gritos, que inicialmente eran un reconocimiento a la habilidad del jugador brasileño y, simultáneamente, una especie de "castigo" para el equipo argentino. Este episodio transformó al "olé" en un himno futbolero, trascendiendo fronteras y convirtiéndose en un símbolo de admiración por jugadas espectaculares. Luego, con el paso del tiempo, el canto se fue popularizando en Argentina y en otros países de Latinoamérica, especialmente en el ámbito del fútbol.