El congelador es una excelente herramienta para conservar la comida durante meses para estirar su fecha de vencimiento. Guardar los alimentos en el congelador o freezer es la mejor manera de ahorrar dinero, ya que evita que tengas que tirarlos cuando comienzan a deteriorarse con el correr de los días. Sin embargo, es importante saber que no todos los alimentos pueden ser congelados. Qué alimentos no se pueden congelar y por qué.
Es sabido que guardar alimentos en el congelador tiene múltiples ventajas. No solamente se ahorra dinero, sino que además, sus temperaturas bajas detienen el crecimiento de bacterias, garantizando así la seguridad alimentaria. Además, permite una mejor organización y una dieta mucho más variada a lo largo de las semanas. No obstante, es importante conocer qué alimentos no pueden congelarse.
Qué alimentos no se pueden guardar en el congelador
Leche, queso crema, crema y ricotta: Este tipo de lácteos, en especial la leche, no se pueden guardar en congelador. Esto se debe a que con el frío, es común que se corten, generando una textura y un sabor muy diferente a si se conserva en la heladera.
Huevos: Algunas personas congelan huevos, pero lo que muchos no saben es que las cáscaras de los huevos dentro del congelador se pueden romper por las bajas temperaturas.
Algunas frutas y vegetales: Por otro lado, muchas frutas y verduras que contienen un alto contenido de agua, como sandías, frutillas o lechuga, se pueden volver muy blandas y aguachentas dentro del congelador, generando un sabor desagradable.
Productos fritos: Por último, no se aconseja guardar productos fritos en el congelador, ya que su textura puede cambiar notoriamente. En caso de querer cocinar milanesas, por ejemplo, se aconseja rebozarlas y guardarlas en el congelador crudas, e ir sacando una a una para luego cocinarlas.
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El superalimento que protege el corazón y los huesos
Los superalimentos son aquellos que tienen múltiples propiedades beneficiosas para el organismo y que están llenos de vitaminas y minerales. Existen muchos superalimentos consumidos desde hace siglos por numerosas culturas, gracias a sus poderes sanadores. Uno en particular posee la capacidad de mejorar la salud cardíaca y fortalecer los huesos, y si se consume diariamente, combinado con un estilo de vida sano (dieta balanceada y ejercicio físico), puede dar resultados asombrosos.
Este alimento es una gran fuente de proteínas, y además de beneficiar al corazón y los huesos, también combate el estreñimiento, regula los movimientos del intestino, ayuda a reducir los niveles de colesterol "malo" e incluso a bajar de peso. Esto último, según se descubrió en estudios realizados en la Universidad Estatal de Oklahoma, sucede porque este superalimento incrementa los niveles de IGF-1, una proteína clave en la regulación de la hormona del crecimiento de la masa muscular.
Se trata de las ciruelas deshidratadas, también conocidas como ciruelas pasa. La diferencia con las ciruelas frescas es que aportan mucho más nutrientes al estar discadas. 100 gramos de ciruelas deshidratadas aportan 240 calorías, 63.88 g de carbohidratos, 2.18 g de proteínas y 7.1 g de fibra. Además, es rica en sodio, calcio, magnesio, fósforo, hierro y potasio; y en vitaminas A, B1, B2, B3, B12 y C. Se recomienda consumir un puñado por día, preferentemente por la mañana, para tener más energía.