Ante la llegada del invierno y en un contexto de aislamiento social que nos lleva a quedarnos más tiempo en casa, es necesario intensificar los cuidados que hay que tener todos los años para prevenir el peligro de intoxicación por monóxido de carbono.
Hay alrededor de 1000 intoxicados cada año por monóxido de carbono, con un promedio de 200 muertes. La cifra se mantuvo estable en los últimos años, según indicó a Télam el médico neumonólogo e integrante de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, Daniel Buljubasich. Aún no hay cifras de este año, pero se espera que sea un invierno más intenso de lo habitual e inevitablemente con más gente presente en su hogar como consecuencia de la pandemia.
Los síntomas de una intoxicación con monóxido de carbono son dolor de cabeza, náuseas y vómitos, mareos, debilidad, cansancio y/o pérdida de conocimiento. El mayor problema con éste gas tóxico es que resulta muy difícil detectar su presencia porque no tiene olor, no tiene color y no irrita los ojos o la nariz. Se trata de una de las principales causas de muerte por envenenamiento para todas las edades, tanto en Argentina como a nivel mundial.
Recomendaciones
Por estos motivos, los expertos dan una serie de recomendaciones a tener en cuenta para pervenir la intoxicación con monóxido de carbono:
-Las empresas prestadoras de gas aconsejan una vez por año realizar una revisión técnica a través de personal adecuado (gasista matriculado), de los calefactores, estufas, conexiones de gas, válvulas de seguridad, etc.
-Se deben revisar los sistemas de ventilación.
-Si hay alguna fuente de producción de CO en funcionamiento y comienza a sentir dolor de cabeza y somnolencia se debe sospechar de una intoxicación. Los síntomas pueden incluir, además de dolor de cabeza, mareos y dificultad para respirar.
-Ante la sospecha de intoxicación por CO se debe apagar la estufa y artefactos a gas inmediatamente abriendo puertas y ventanas.
-Lo recomendable es asistir a una guardia médica para descartar o realizar el tratamiento necesario.
Buljubasich indicó que "no hay una que sea más peligrosa que otra" y consideró: "Calderas, parrilas de carbón, distintos tipos de elementos de cocción, calentadores de agua, chimeneas, generadores portátiles, cocinas a leña, todas son fuentes de intoxicación. La más peligrosa, en todo caso, es la que usemos en condiciones inadecuadas".