El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, se corrió por unos minutos de su rol como funcionario provincial y habló a corazón abierto sobre sus relaciones sexoafectivas y cómo afecta la cuarentena en su relación personal.
En una entrevista con Viviana Canosa, recordó su paso por la medicina y se refirió puntualmente a los efectos que puede generar la intensa actividad laboral; y reveló que “uno a veces está tan acelerado que por ahí no duerme”, por lo que reconoció que en ocasiones toma pastillas para facilitar el sueño ya que, aunque profesionalmente no es lo más recomendable, sostuvo que “es mucho peor no descansar”.
En ese momento, la conductora le preguntó si trabajar muchas horas también podría ocasionar peores relaciones íntimas con la pareja: “Eso tiene que ver con el estrés, la actividad sexual es proporcional a los niveles de estrés, eso es fundamental”.
“Usted tiene dos sistemas nerviosos, uno central, que es el que usted domina: si uno quiere agarrar un vaso, el cerebro le da la orden al brazo para que lo haga; y después hay un sistema nervioso autónomo, que se divide en simpático y parasimpático, eso es el que usted no domina: no le dice al corazón cómo quiere que lata, no le dice al estómago cómo hacer la digestión, no le dice al pulmón cómo respirar”, explicó.
En este sentido, el funcionario bonaerense se explayó que “el sistema simpático es el que prepara al hombre para las situaciones de estrés, de defensa” y, al mismo tiempo, “es el que interviene en la actividad sexual” y “tiene que ver con la erección (del miembro reproductor masculino) y el llenado de los senos cavernosos”.
Además, Berni confesó que no tiene “miedo" en el sentido de pensar en que no va a poder cumplir un objetivo determinado, aunque remarcó que ese sentimiento “es un factor presente y necesario en la vida para afrontar los problemas”, ya que sino sería “un temerario y no está bueno eso”. Y reflexionó que se considera una persona “sensible” ya que, si no lo fuera, “no podría realizar la tarea que toca", no estaría capacitado para “ponerse en los zapatos del otro, entender sus problemas y solucionarlos”.
Por otra parte, Berni reconoció que “siempre” está descalzo en su oficina o en cualquier lugar donde pueda estarlo: “Estoy cómodo y siento la necesidad de estar así. Mis pies andan en el barro, con borceguíes y no soy de aquellos que hacen un culto del cuidado de su físico. No me siento un macho argentino”, se describió.