Un grupo de millonarios de todo el mundo solicitó más impuestos para poder aportar en medio de la pandemia mundial por el coronavirus. Pero un argentino aprovechó la ocasión para una avivada criolla y se coló entre los firmantes con un saludo troll, como se lo conoce en la jerga de internet. El usuario desconocido se infiltró en el sitio Millonarios por la Humanidad y dejó estampada su firma falsa con un chiste de mal gusto.
En el documento donde los millonarios buscan aportar a la crisis mundial se encuentran firmas como la de Abigail Disney (sobrina y heredera de Walt Disney), Jerry Greenfield (cofundador de Ben&Jerry) y Morris Pearl (ex director gerente de BlackRock). Y un usuario argentino dejó su firma: Elber Galarga.
La broma fue tendencia en las redes sociales y Elber Galarga se convirtió en trending topic rápidamente. Los millonarios fueron el blanco de chistes tras el ingreso del intruso en su página solidaria.
“Millonarios como nosotros tenemos un papel fundamental que desempeñar en la cura de nuestro planeta. No estamos conduciendo las ambulancias que llevarán a los enfermos a los hospitales. Pero tenemos dinero, mucho. Dinero que se necesita desesperadamente ahora, y que seguirá siendo necesario en los próximos años, a medida que el mundo se recupere de esta crisis”, expresó el comunicado que muchos pensaron (y aún piensan) que también se trata de una broma o de una fake news. Pero en el sitio Millonarios por la Humanidad hay constancia de los prestigiosos medios del mundo que se hicieron eco (o también cayeron en la trampa) de la iniciativa solidaria. The Guardian, Bloomberg, Forbes, CNBC, The Times fueron algunos de los medios que publicaron la iniciativa.
Otras trampas de el "saludo troll"
El chiste subido de todo es un clásico de los programas radiales y de televisión. Al recibir "mensajes de los oyentes", los conductores caen en la trampa y leen al aire mensajes con nombres inventados. También es una clásica broma en salas de espera de hospitales, entidades públicas o escuelas, donde los médicos, enfermeras o maestros suelen caer y llamar a viva voz a un inexistente Elber Galarga.