El cantautor Ignacio Copani publicó una nueva canción titulada "En la meseta de Larreta". En la letra, define a la Ciudad de Buenos Aires como "la ciudad más contagiada del planeta" y critica las medidas del Gobierno de la Ciudad en medio de la pandemia del coronavirus.
El titulo de la canción deja en claro qué es lo que quiere evidenciar Copani, quien afirma que los dichos de las autoridades médicas de la Ciudad de Buenos Aires sobre que "se amesetó" la curva de contagios de Covid-19, no son ciertos.
Sólo con su guitarra, Copani interpreta su nuevo tema en el que demuestra su disconformidad por la estrategia de Horacio Rodríguez Larreta y su gabinete para enfrentar la pandemia, pero también destaca las carencias en las zonas más postergadas de la Capital Federal, como Flores o la Villa Zavaleta y las compara con las zonas más atendidas por el Gobierno, como por ejemplo Recoleta.
Además, el cantautor hace referencia al egoísmo de algunos ciudadanos e invita a seguir cuidándose, ya que "los virus no respetan ni al ateo, ni al profeta, ni a los diablos, ni a su Dios".
La letra de la canción
Es tan berreta
la meseta de Larreta,
que ya no puedo andar
en “subtrenmetrocleta”
en la ciudad
mas contagiada
del planeta
y enajenada desde
la televisión.
No corre el agua
en Flores Sur
ni en Zavaleta,
pero que linda
está la fila de macetas
y ese container de basura
en Recoleta,
con cerradura antirrobo
de cartón.
Es tan berreta
la meseta de Larreta…
Te diste cuenta,
la careta se cayó.
Cuídate bien
porque los virus
no respetan
ni al ateo, ni al profeta,
ni a los diablos, ni a su Dios.
Es tan berreta
la meseta de Larreta
que no le creen
ni sus propias marionetas
de la ciudad
donde muy pocos se respetan
y a la ruleta rusa
se nos condenó.
Tené memoria
cuando pronto te prometan
pasión y amor
por defender tu camiseta,
que son los mismos
que pintaron la pileta
sobre un liso
contrapiso de hormigón.
Es tan berreta
la meseta de Larreta…
Te diste cuenta,
la careta se cayó.
Cuídate bien
porque los virus
no respetan
ni al ateo, ni al profeta,
ni a los diablos, ni a su Dios.
En la ciudad
más contagiada
del planeta
donde la única receta
es que te cuides solo vos.