Un estudio de la Universidad de Harvard dio a conocer cuál es la mejor manera de disminuir el peso corporal sin hacer dietas restrictivas. Bajar de peso puede ser un desafío para muchas personas, especialmente cuando los nutricionistas ordenan dietas extremas y poco balanceadas que solamente generan sufrimiento en los pacientes. En las últimas semanas, Harvard descubrió una alternativa impensada para bajar de peso.
Las dietas tradicionales sostienen que para perder peso hay que disminuir la cantidad de calorías y evitar las grasas y los carbohidratos. Sin embargo, este último estudio confirmó que quienes reducen su porcentaje de grasas y carbohidratos no muestran pérdida de peso a largo plazo, en comparación con los pacientes que siguen otro tipo de dietas.
Cuál es la mejor dieta para adelgazar según el estudio de Harvard
Para esta investigación, publicada en la revista The Lancet: Diabetes & Endocrinology, se estudiaron 53 ensayos clínicos que demostraron que quienes siguieron una dieta baja en grasas y carbohidratos únicamente bajaron dos kilos después de 12 meses. Por el contrario, quienes mantuvieron una dieta alta en grasas y carbohidratos sí mostraron una pérdida de peso significativa y lograron mantenerla durante más de un año.
"Sorprendentemente, los regímenes bajos en grasas eran ineficaces en el largo plazo", aseguró Deirdre Tobias, epidemióloga de la Escuela de Medicina de Harvard y autora principal del estudio. Los participantes del estudio que sostuvieron una dieta rica en carbohidratos y grasas, lograron bajar 4 kilos después de un año.
Qué son las grasas saludables
Es importante señalar que no todas las grasas son saludables. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), no se deben consumir más del 30% de grasas en la ingesta calórica diaria, ya que esto podría provocar obesidad y/o enfermedades cardiovasculares. Los alimentos culpables de esto son la carne roja, los lácteos (como la manteca), la comida rápida y los alimentos ultraprocesados.
Por el contrario, se les llama grasas saludables a las grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas, que además de ser buenas para la salud, pueden ayudar a perder peso si se consumen dentro de una dieta balanceada. Algunos alimentos ricos en grasas saludables son:
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Pescados ricos en omega-3 y omega-6, como salmón, trucha, sardinas y caballa
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Semillas y frutos secos, como almendras, nueces, pistachos, semillas de lino, semillas de chía y semillas de girasol
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Huevos
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Palta
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Tofu
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Aceite de oliva, aceite de linaza y aceite de canola
Qué alimentos consumir para prevenir enfermedades del cerebro
Para tener una buena salud cerebral, es indispensable llevar una dieta rica en vitamina B6. Esta vitamina, también conocida como piridoxina, es una vitamina hidrosoluble. Esto significa que se disuelve en agua, por lo que el cuerpo no las puede almacenar, y las cantidades sobrantes salen expulsadas a través de la orina.
Beneficios de la vitamina B6
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Previene enfermedades cerebrales: la vitamina B6 reduce el riesgo de enfermedad cerebrales y cognitivas, como el Alzheimer o la neuropatía periférica. Además, previene enfermedades mentales, como la ansiedad, depresión y esquizofrenia.
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Protege el corazón: la vitamina B6 tiene altos niveles de homocisteína, un aminoácido fundamental para mejorar la función cardiovascular.
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Refuerza el sistema inmunológico: la vitamina B6 refuerza las defensas y fortalece el sistema inmunológico. De esta manera, el cuerpo puede defenderse mejor del ataque de agentes externos, como virus, bacterias y hongos.
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Mejora el metabolismo de las proteínas: la vitamina B6 es clave para el metabolismo de proteínas, ya que ayuda al cuerpo a descomponerlas y utilizarlas.
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Ayuda a los glóbulos rojos: como la vitamina B6 ayuda a formar la hemoglobina, como consecuencia optimiza el desarrollo de los glóbulos rojos, que se encargan de transportar oxígeno por todo el organismo.
Alimentos ricos en vitamina B6
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Legumbres (como las lentejas, los garbanzos y los porotos)
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Pescados y mariscos (salmón, langostas, sardinas, atún, trucha y besugo)
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Carne de cerdo y morcilla (magra)
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Pollo
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Hígado
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Frutos secos y semillas (nueces, pistachos, semillas de girasol y almendras)
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Cereales integrales (arroz, avena y trigo)
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Verduras (espinacas, papas, brócolis, paltas, choclos y zanahorias)