El botulismo es una enfermedad causada por una bacteria llamada Clostridium Botulinum. En condiciones ambientales adversas, esta bacteria puede germinar y producir sustancias altamente tóxicas para el sistema nervioso, conocidas como neurotoxina botulínica.
Las esporas de Clostridium Botulinum pueden encontrarse en el suelo, en el polvo y pueden contaminar ciertos alimentos. Además, algunas verduras, especias, hierbas, té y la miel pueden contener esporas de esta bacteria. Estas no son dañinas para una persona sana, pero en los niños menores de un año pueden provocar el botulismo infantil o botulismo del lactante. Cuando los bebés ingieren esporas botulínicas, estas infectan, germinan y liberan toxinas en el colon, lo que representa un grave riesgo para su salud.
Los síntomas que se pueden observar incluyen constipación, letargo, falta de apetito, falta de expresión en el rostro, dificultad para tragar y, en ocasiones, falla respiratoria.
Recomendaciones para prevenir el botulismo
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ha destacado la importancia de adoptar hábitos de higiene al manipular y consumir alimentos para evitar que afecten la salud de las personas.
El Senasa se encarga de difundir constantemente medidas de prevención contra las enfermedades transmitidas por alimentos (ETA). Uno de los casos más emblemáticos de intoxicación alimentaria está relacionado con alimentos envasados y esterilizados de forma deficiente, especialmente aquellos de origen vegetal, como espárragos, palmitos y aceites saborizados, así como productos de origen animal, como embutidos secos. Al consumir conservas y embutidos, es importante elegir productos elaborados comercialmente que cuenten con las aprobaciones correspondientes de las autoridades sanitarias. Adoptar estas precauciones es fundamental para consumir alimentos seguros que hayan pasado por los procesos de fiscalización relacionados con su elaboración mediante buenas prácticas de manufactura.
Formas de prevención:
- No consumir conservas sin etiquetas o de origen desconocido.
- Evita consumir conservas caseras, ya sean vegetales, carnes, pescados o mariscos de procedencia desconocida, de elaboración artesanal y que no cuenten con los números de registro de producto, ya sea del Senasa o de la autoridad jurisdiccional.
- Recorda que los microorganismos pueden encontrarse en tierra o polvo. Lava las frutas y verduras con agua potable antes de consumirlas, especialmente aquellas que sean difíciles de higienizar debido a su forma irregular.
- Es importante destacar que, dado que el botulismo puede transmitirse por el consumo de la bacteria Clostridium en niños lactantes y es una enfermedad grave, se debe evitar dar miel a los niños menores de un año.
- Al realizar compras, evita las latas que presenten abombamientos o tapas hinchadas, latas abolladas o contenido con consistencia atípica, burbujas o espuma.
Tomar precauciones al manipular y consumir alimentos es esencial para prevenir el botulismo y otras enfermedades transmitidas por alimentos. Siguiendo estas recomendaciones, puedes proteger tu salud y la de tu familia, evitando riesgos innecesarios asociados a la contaminación bacteriana.