El dolor de espalda es una de las afecciones más comunes entre la población mundial. Aunque la mayoría de las veces no está vinculado a una enfermedad y se debe a malos hábitos posturales, falta de elongación o tensión muscular, en un pequeño porcentaje de las veces puede indicar un tipo de cáncer muy extraño.
Los primeros síntomas del cáncer pueden manifestarse de maneras muy diferentes en cada paciente, por lo que es importante hacerse chequeos generales todos los años y consultar con un profesional si algún síntoma persiste a lo largo del tiempo. En cuanto al dolor de espalda, se recomienda acudir al médico si se trata de un dolor diario muy intenso o que no mejora al elongar o al tomar antiinflamatorios.
Aunque lo más probable es que el médico derive al paciente con un traumatólogo o kinesiólogo, si se presentan otros síntomas el profesional puede pedir otro tipo de estudios para descartar enfermedades graves, como cáncer. Según un reciente informe de la BBC, el mieloma múltiple puede causar dolores de espalda que podrían pasar desapercibidos.
Se trata de un tipo de cáncer que afecta el sistema hematológico, es decir, a la sangre. El mieloma múltiple ataca a las células plasmáticas, de modo que el organismo comienza a producir una versión maligna de anticuerpos, conocido como proteína monoclonal, que daña varias partes del cuerpo.
Entre los síntomas principales, se destaca la lumbalgia (dolor de espalda baja). Sin embargo, el síntoma más frecuente es el debilitamiento de los huesos, que suele llevar al paciente a desarrollar una anemia y a una mayor tendencia a fracturarse huesos del cuerpo. También la insuficiencia renal es un síntoma común, además de la lumbalgia.
Cómo se diagnostica mieloma múltiple
A pesar de que el mieloma múltiple es un tipo de cáncer bastante raro, es el segundo cáncer de sangre más común en el mundo. La buena noticia es que es bastante fácil de detectar con un análisis de orina o con uno de sangre. Para esto, el médico pedirá una prueba llamada electroforesis de proteínas séricas, un proceso para separar proteínas de la sangre para identificar cuáles son malignas.
El mieloma múltiple es mucho más común en personas mayores de 60 años, aunque no se descarta que una persona joven pueda tenerlo. A pesar de que no existe una cura para la enfermedad, hay muchos tratamientos que si son aplicados a tiempo pueden permitirle al paciente llevar una vida normal controlando los síntomas rigurosamente como si se tratara de cualquier otra enfermedad crónica.