Congelar alimentos es una práctica muy habitual entre las personas, especialmente para ganarle a la inflación al hacer compras grandes, o para alargar la fecha de vencimiento. Los congeladores y freezers tienen la ventaja de poder conservar los alimentos durante meses, y es por esto que resultan tan prácticos. Sin embargo, es importante saber que no todos los alimentos pueden congelarse o meterse en el freezer.
Es sabido que las bajas temperaturas del freezer, a menos de -18°C, detienen el crecimiento de bacterias. Además, utilizarlo permite organizar mejor la comida a lo largo de las semanas para tener. Cada alimento tiene su forma de conservación, y es por esto que es fundamental conocer cuáles pueden congelarse y cuáles no.
Qué alimentos no se pueden congelar y por qué
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Leche: La gran mayoría de lácteos, como quesos, margarina o manteca, pueden congelarse tranquilamente. Sin embargo, no ocurre lo mismo con la leche y la ricotta. Este tipo de alimentos no conservan la misma textura y sabor al ser freezados.
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Huevos: Congelar huevos crudos no es recomendable. Además, las bajas temperaturas pueden romperlos.
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Algunas frutas y vegetales: Por otro lado, muchas frutas y verduras que contienen un alto contenido de agua, como sandías, frutillas o lechuga, se pueden volver muy blandas y aguachentas dentro del congelador, generando un sabor desagradable.
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Productos fritos: Por último, no se aconseja guardar productos fritos en el congelador, ya que su textura puede cambiar notoriamente. En caso de querer cocinar milanesas, por ejemplo, se aconseja rebozarlas y guardarlas en el congelador crudas, e ir sacando una a una para luego cocinarlas.
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Papa y otras hortalizas: La papa, la lechuga, la espinaca y muchas otras hortalizas no se pueden congelar, ya que al sacarse del freezer y consumirse, quedan con una textura poco deseable. Esto ocurre porque tienen un 70% de agua.
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Frutas: Algunas frutas, como frutos rojos, pueden congelarse tranquilamente. Sin embargo, otras como sandía o melón, que contienen mucha agua, no quedan iguales.
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Mayonesa: La mayonesa, que contiene grasa y agua combinadas, no mantiene su misma textura al ser congelada.
Cuál es el condimento que regula los niveles de azúcar en sangre
Existen muchos condimentos capaces de reducir la hinchazón abdominal, prevenir enfermedades y controlar los niveles de azúcar en sangre. Disminuir la hinchazón del vientre puede ser todo un desafío, así como fortalecer el sistema inmunológico para prevenir el ataque de virus y bacterias, o incluso controlar los niveles de azúcar en sangre. Esto último puede ser todo un desafío, especialmente para personas que sufren de diabetes. Afortunadamente, existe un condimento que ayuda a alcanzar todos estos objetivos.
Los condimentos son utilizados milenariamente, no solamente para darle más sabor a las comidas, sino también por sus propiedades sanadoras para el organismo. Este condimento se puede consumir con diferentes alimentos, ya que se caracteriza por su delicioso sabor y por su versatilidad, y se consigue fácilmente en cualquier mercado o dietética.
Se trata del orégano, una hierba utilizada en la medicina tradicional, que tiene compuestos con múltiples beneficios para la salud. Según un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, el orégano tiene "varias propiedades bioactivas, entre ellas antioxidantes, antimicrobianas, antiinflamatorias y analgésicas”.
Beneficios del orégano
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Combate las bacterias y microbios: el orégano tiene propiedades antimicrobianas, capaces de matar hongos, virus y bacterias.
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Mejora la digestión: alivia indigestión, gases e hinchazón, y es muy utilizado para personas con problemas gastrointestinales.
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Regulan los niveles de azúcar en sangre: el orégano controla los niveles de glucosa y mejora la sensibilidad a la insulina.
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Fortalece las defensas: el orégano fortalece el sistema inmunológico y ayuda al cuerpo a combatir enfermedades.
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Mejora la piel: según algunos estudios, el orégano reduce el acné.
Cómo consumir orégano
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En forma de aceite esencial de orégano (debe ser supervisado por un médico)
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Como té de orégano
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En comidas principales, como pollo, carne, milanesas, hamburguesas, guisos, entre muchas otras
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Como suplemento (debe ser supervisado por un médico)