La preocupación es una compañera constante en la vida de muchas personas, generando estrés y ansiedad que pueden afectar la salud mental. Ante este desafío, expertos de la Universidad de Harvard han desarrollado un análisis para comprender y abordar este problema de manera efectiva. Siguiendo los pasos que explican los investigadores, cada individuo puede aprender a dejar de lado la preocupación y cultivar una mayor tranquilidad mental. Arthur C. Brooks, investigador y catedrático de Harvard, ha diseñado un método de cuatro pasos para ayudar a las personas a pensar menos y ser más felices.
Cómo dejar de lado la preocupación según Harvard
1. Escribir lo que te preocupa
El primer paso para abordar la preocupación es identificar y expresar nuestras emociones. Escribir las cosas que nos preocupan nos permite comprender mejor lo que estamos sintiendo y poner límites a esas preocupaciones. Arthur C. Brooks explica que este ejercicio de "metacognición" nos brinda la capacidad de moldear nuestra respuesta emocional frente a circunstancias difíciles que no podemos controlar. Al escribir nuestras preocupaciones, podemos enfrentarlas de manera más efectiva y encontrar formas de manejarlas.
2. Concentrarse en el resultado y no en el problema
La ansiedad a menudo surge como una forma de tapar nuestros miedos con preocupación. Para contrarrestar este patrón de pensamiento, Brooks sugiere hacer una lista de las cosas que nos preocupan y considerar cuál podría ser el peor resultado posible, así como el más probable. Luego, escribe junto a cada preocupación qué acciones podrían tomarse en cada caso. Al enfocarnos en el resultado y no solo en el problema, podemos encontrar soluciones prácticas y reducir la incertidumbre que genera la preocupación.
3. Repetir la frase "mi preocupación no cambiará el curso de los acontecimientos"
Es importante reconocer que por más que nos preocupemos, no podemos cambiar el curso de los acontecimientos de manera significativa. Brooks insta a abandonar la ilusión de que torturarnos con preocupaciones resolverá los problemas más rápido. Repetirnos la frase "mi preocupación no cambiará el curso de los acontecimientos" nos ayuda a liberarnos del ciclo de pensamiento negativo y a enfocarnos en acciones constructivas en lugar de preocupaciones improductivas.
4. Aprovechar el día
Al comenzar cada día, es útil recordarnos a nosotros mismos que no sabemos qué nos deparará el día, pero estamos vivos para experimentarlo. Brooks sugiere decirnos a nosotros mismos que no desperdiciaremos el día preocupándonos por cosas que no podemos controlar. Este enfoque nos ayuda a vivir con menos estrés y ansiedad, permitiéndonos disfrutar del momento presente y tomar las cosas con calma.