Alerta: por qué tomar suplementos podría costarte la vida

Un estudio alerta sobre el peligro de tomar suplementos: la razón por la que son peligrosos para la salud.

13 de agosto, 2024 | 16.01

Tomar suplementos no siempre es la mejor opción. A pesar de los amplios beneficios que tienen muchos suplementos, muchos de ellos pueden causar graves daños en el organismo si se consumen sin supervisión médica. Durante los últimos años, se puso muy de moda consumir suplementos de té verde, cúrcuma y otras especias. Si bien tienen muchas propiedades beneficiosas para el organismo, lo cierto es que no todas las personas pueden tolerarlos, lo que podría derivar en complicaciones.

El té verde y la cúrcuma tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, capaces de reducir el daño celular y reducir la inflamación general del organismo. Sin embargo, muchas personas eligen tomarlo como suplementos todos los días, en lugar de consumirlos en su forma natural y en cantidades moderadas. A la larga, esto podría ser perjudicial.

Los suplementos tienen dosis más concentradas, por lo que es fundamental consumirlos con moderación y consultarle a un médico de cabecera antes de hacerlo. Según un estudio de la Universidad de Michigan, un 5% de los 10,000 estadounidenses encuestados consumen suplementos que no necesitan, exponiéndose a un alto riesgo de hepatotoxicidad.

Esto ocurre porque los suplementos pueden dañar al hígado, al punto tal de necesitar un trasplante. Los expertos destacaron que esto no ocurre en todas las personas, pero que de todas formas, es importante que su consumo sea bajo supervisión médica.

Cúrcuma: cuáles son sus beneficios y cómo se consume

La cúrcuma, una especia derivada de la planta Curcuma Longa, de la familia del jengibre, tiene altas propiedades antiinflamatorias que pueden incluso prevenir el Alzheimer y el Parkinson. ¿Cuáles son los beneficios de consumir cúrcuma y cómo se puede preparar?

La cúrcuma fue usada a lo largo de los siglos como un remedio natural en la medicina tradicional asiática, ayurvédica e hindú. Entre todos sus beneficios, se destaca su capacidad antiinflamatoria. Esto es posible gracias al compuesto llamado curcumina, presente en la cúrcuma, que tiene enormes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. 

Beneficios de la cúrcuma

  • Protege el hígado y el estómago: está comprobado que la cúrcuma reduce la inflamación del hígado y del tracto gastrointestinal, aliviando síntomas molestos en personas con problemas hepáticos, síndrome de intestino irritable o enfermedad inflamatoria intestinal.

  • Mejora la salud del corazón: según algunos estudios, la cúrcuma puede reducir la inflamación del corazón. De esta forma, podría prevenir enfermedades cardiovasculares.

  • Desinflama el cerebro, previene el Alzheimer y el Parkinson: también algunas investigaciones sugirieron que las propiedades antiinflamatorias de la cúrcuma podrían ser muy beneficiosas para el cerebro, ayudando a reducir su inflamación y el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como lo son el Alzheimer y el Parkinson.

  • Fortalece las defensas y previene enfermedades: la cúrcuma fortalece el sistema inmunológico, lo que resulta muy beneficioso para prevenir el ataque de virus, bacterias y hongos.

  • Desinflama y alivia el dolor de los huesos y articulaciones: sus propiedades antiinflamatorias convierten a la cúrcuma en una excelente aliada para todas aquellas personas que sufren de dolor y problemas en los huesos y articulaciones, ya que desinflama y mejora su movilidad. Asimismo, es excelente para quienes sufren artritis.

Receta de jugo antiinflamatorio de cúrcuma

Ingredientes

  • Cúrcuma en polvo (2 cucharaditas).

  • Jengibre fresco (2 o 3 centímetros de jengibre).

  • 1 limón.

  • 1 naranja.

  • 1 zanahoria.

  • 1 manzana verde.

  • Pimienta negra (una pizca para activar sus propiedades).

Preparación

  1. Lavar y pelar bien el jengibre. Cortarlo en trozos pequeños.

  2. Exprimir el jugo del limón y de la naranja, previamente lavados.

  3. Lavar y cortar en trozos la manzana y la zanahoria.

  4. Llevar todo a un extractor de jugos o licuadora.

  5. Agregarle la pizca de pimienta.

  6. Una vez que esté todo bien mezclado, llevarlo a un vaso.

  7. ¡Listo! Podés agregarle hielo para beberlo más frío.