Los caracoles y babosas son visitantes comunes en jardines y balcones, especialmente en zonas donde la humedad y la sombra crean el entorno ideal para su desarrollo. Estos moluscos, aunque inofensivos en apariencia, pueden convertirse en un problema para las plantas, ya que se alimentan de hojas y brotes, afectando el crecimiento de las especies más vulnerables.
Su presencia en hogares es más habitual en épocas lluviosas o húmedas, cuando buscan alimento y condiciones favorables. A menudo, encuentran refugio en macetas, debajo de piedras o en áreas de poca luz y alta humedad. Y aunque puedan volverse un dolor de cabeza, hay algunos métodos efectivos para eliminarlos sin gastar una fortuna.
Caracoles y babosas son atraídos principalmente por ambientes húmedos y restos orgánicos, ya que estos proporcionan comida y un entorno adecuado para su reproducción. Las lluvias o el riego constante favorecen su actividad y expansión en el jardín, ya que les facilita moverse y les brinda una fuente continua de agua.
Cómo eliminar los caracoles de forma casera y efectiva
- Trampas de cerveza: Coloca recipientes con cerveza en el jardín. Su aroma atrae a los moluscos, que caen en el líquido y se ahogan.
- Tejas como refugios: Coloca tejas o ladrillos en el suelo, atrayendo a las plagas. Recolecta manualmente los caracoles y babosas escondidos.
- Cenizas como barrera: Esparce cenizas alrededor de las plantas para crear una barrera que los moluscos evitan.
- Control de huevos: Revisa y elimina los huevos que encuentres bajo hojas y piedras para reducir la población.
- Recipientes de plástico: Protege plantas jóvenes con recipientes de plástico transparente, creando una barrera física.
- Trapos húmedos: Coloca trapos húmedos en el jardín por la noche. Las babosas se refugian en ellos, facilitando su recolección.
- Metaldehído: Usa este químico en áreas específicas, siendo cuidadoso ya que es tóxico para niños y mascotas.
- Traslado manual: Recoge caracoles y babosas y transpórtalos a áreas naturales alejadas del jardín.
Invasión en La Plata: por qué las abejas atacan y cuál es el error más común que se comete
En las últimas horas, en el centro de la Ciudad de La Plata, un grupo de personas que circulaban por las calles fueron atacadas por un enjambre de abejas. Una situación que tomó por sorpresa a varios que no lograban comprender el fenómeno que se estaba desarrollando, y que se asustaron ante una posible picadura.
Lo primero a mencionar es que los animales no son malos con los seres humanos, sino que al contrario nos tienen miedo por el tamaño que presentamos. En algunas oportunidades, nuestra presencia puede ser decodificada como una amenaza a su entorno y existencia, por ende se registran situaciones en las cuales se ponen en alerta y deciden atacar.
En el mediodía del martes, las calles céntricas de La Plata se vieron afectadas por una invasión de abejas que generó varios problemas en conductores de vehículos como personas que se trasladaban a pie. Esto fue producto de que se decidió extraer un árbol que contenía un panal y los insectos salieron en la defensa del mismo porque se trata de su hogar. Una clara señal que fue considerada como una amenaza.
Hay una creencia de que las abejas son peligrosas, sin embargo responden cuando perciben un peligro como fue el caso de remover un objeto que contenía su panal. "Solo pican cuando se sienten amenazadas o cuando sienten que la integridad su colmena está en peligro con el objetivo de defender a sus crías, sus reservas y su reina", expresan desde La tienda del Apicultor.
Por otro lado, un error muy común de las personas es hacer gestos mientras tiene una abeja cerca. Los especialistas recomiendan que sigamos con nuestros accionar siempre y cuando no nos encontremos en una zona lindante a un panal. El hecho de mostrar una actitud pasiva y sin movimientos desmedidos es una clara señal que no somos una amenaza.