Un grupo de científicos pertenecientes a grupos de investigación de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del Instituto Antártico Argentino (IAA) llevan adelante un proyecto para comprender el comportamiento de los volcanes ubicados en la Antártida. Este equipo pasó todo el verano del 2022 instalados en la base de Decepeción, sitio construido en 1948 sobre un volcán activo en el que se registraron varias erupciones durante los últimos 50 años, para lograr comprender cómo funciona esta estructura geológica.
El sitio de la investigación se encuentra a 1000 kilómetros de Ushuaia y a 3100, en línea recta, de Buenos Aires. El territorio pertenece a una cadena volcánica que nace desde el fondo marino antártico y consta de una decena de formaciones, de las cuales solo Decepción, Bridgeman y Pingüino emergieron en forma de isla, el resto permanece sumergido. Las investigaciones para comprender el comportamiento del volcán se detuvieron hace aproximadamente una década atrás, cuando se registraron bajas temperaturas que impidieron la continuidad del proyecto. Por este motivo, el grupo de investigación se encargó de recolectar los datos anteriores y profundizar con el funcionamiento actual de la estructura.
"Si bien es cierto que la característica más reconocible de la Antártida es el gran manto de nieve y hielo y la fauna asociada a ese ambiente, también hay volcanes activos, y en el sector antártico argentino el volcán de la isla Decepción tiene erupciones registradas y bien documentadas en 1967, 1969 y 1970", reveló el doctor en Ciencias Geológicas e investigador del Conicet, Mariano Agusto, en diálogo con Télam.
Los encargados de llevar a cabo a la investigación contaron con la colaboración de Adriana Ariza Pardo, una investigadora invitada de Colombia. Además trabajaron en conjunto con la IAA y contaron con el "apoyo logístico" de las fuerzas del Comando Conjunto Antártico. En este contexto, los científicos enfocaron sus estudios en descifrar el ciclo que sigue el volcán para calcular cuándo será su próxima erupción.
Qué revelaron los estudios hasta el momento
“Las investigaciones argentinas en la Isla, si bien abarcan aspectos de la volcanología en general, se concentran en el estudio geoquímico de los gases volcánicos, de sus particulares emisiones fumarólicas y la de sus aguas termales que, además, son un gran atractivo para el turismo antártico y casi que una parada obligada para los cruceros que operan en la zona", empezó por explicar a Télam Agusto. En este contexto, se conoció que estas investigaciones podrían ayudar a incentivar mucho más el turismo.
Además, sobre la investigación en específico, Mariano Augusto explicó que "toda la isla es un volcán activo, alimentado por una cámara magmática activa que puede entrar en erupción dentro de 50 años o dentro de un mes". Por el momento no se logró determinar cuándo será la próxima explosión con lava ni tampoco la "violencia" con la que podría surgir.
"A partir del estudio de las rocas, sabemos que algunas erupciones fueron más tranquilas y otras más violentas y que esto está vinculado con el lugar de la isla en la que se desarrollaron porque cuando el magma entra en contacto con el agua las erupciones se hacen más enérgicas", enfatizó el investigador y precisó que "a partir del estudio de las señales actuales como las variaciones de composición, flujo y temperatura de los gases volcánicos" que se está realizando actualmente, cuentan con "el objetivo de establecer una línea de base con información que permita construir un patrón de comportamiento del volcán". "Esto fundamental para la identificación de señales precursoras de una futura reactivación", cerró.