El mayor iceberg del mundo, con una superficie total de 4.320 kilómetros (equivalente a 21 veces la ciudad de Buenos Aires) se separó de la banquisa de Ronne en la Antártida y quedó a la deriva en el mar de Weddell. Según lo anunció la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), el iceberg bautizado A-76, se convierte en el mayor iceberg del mundo.
Las imágenes del inmenso bloque de hielo A-76 fueron tomadas por el satélite Sentinel-1, en el marco del programa europeo de observación de la Tierra Copernicus. Por otra parte, según el Centro Nacional de Hielo de Estados Unidos, el iceberg A-76 empezó a separarse el 13 de mayo de la banquisa de Ronne.
El tamaño del iceberg lo convierte en el más grande del mundo, arrebatándole el primer lugar al iceberg A-32A (aproximadamente 3.880 kilómetros cuadrados de tamaño) que también se encuentra en el mar de Weddell. En comparación, el iceberg A-74, que se desprendió de la plataforma de hielo Brunt en febrero a principios de este año, tenía solo 1.270 kilómetros cuadrados.
El planeta se calentó más de 1º C desde la era preindustrial debido a las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por las actividades humanas, pero la Antártida se calentó a una velocidad dos veces superior. La formación de icebergs es un proceso natural que el calentamiento del aire y de los océanos acelera, según los científicos.
No todas son malas noticias: El deshielo favorecería la formación de nubes
Un estudio liderado por el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) y la Universidad de Birmingham (Reino Unido) ha revelado que el deshielo de la Antártida podría reforzar la formación de aerosoles en la atmósfera, favoreciendo a su vez que se creen nubes en verano lo que podría ayudar a reducir la radiación solar que recibe la zona. Esto tendría buenas repercusiones en el clima, ya que las nubes desempeñan un papel muy importante en la regulación de la temperatura del planeta por poder reflejar y filtrar la radiación solar.
El trabajo, publicado en Nature Geoscience, sostiene que cuando las masas de aire provienen de la zona del margen del hielo marino, los episodios de formación de aerosoles son más frecuentes. Estas masas de aire contienen concentraciones elevadas de ácido sulfúrico y aminas, que son compuestos de origen biológico que transforman gases a partículas. Aunque el protagonismo del ácido sulfúrico en la formación de aerosoles polares ya era conocido, este es el primer estudio que demuestra el papel clave de las aminas, que contienen nitrógeno y se producen por la degradación de la materia orgánica de los microorganismos presentes en el hielo marino.