Verdadero o falso: cuáles son los mitos del skincare sobre el cuidado de la piel

Una dermatóloga derribó los rumores y mitos que hay en torno a la limpieza e higiene facial, también conocida como skincare.

05 de septiembre, 2024 | 17.17

Cada vez hay más conciencia sobre el cuidado de la piel, uno de los órganos más importantes del cuerpo. De hecho, desde hace más de una década, se conmemora el 25 de mayo como Día Mundial del Cuidado de la Piel. Además de cuestiones esenciales y básicas como la limpieza diaria, se habla de las rutinas de skincare que implican una serie de productos, que pueden mantenerla saludable, así como intervenir en el proceso de envejecimiento. A raíz de esto, la dermatóloga Leisa Molinari compartió en Revista Para Tí una serie de consejos útiles para quienes quieran incursionar en esta práctica de belleza, así como también derribó algunos mitos que existían alrededor de la limpieza de rostro.

Cuáles son los productos que debería incluir una rutina básica de skincare

La rutina más básica de limpieza facial debe incluir sí o sí tres productos elementales: limpiador, hidratante y protector solar. Se trata de tres pasos, que no llevan más de un minuto y son fundamentales para mantener la piel limpia, hidratada y protegida. A su vez, estará más saludable y radiante.

A medida que crecemos hay que incluir nuevos elementos

A los 30 años es necesario incorporar antioxidantes como la vitamina C para prevenir los radicales libres y usar productos con retinoides suaves para la renovación celular. Además, se pueden sumar cremas específicas para el contorno de ojos o párpados. Ya que son las zonas que primero comienzan a envejecer. En cambio a los 40 años, hay que comenzar a añadir productos con péptidos y ácido hialurónico para mantener la hidratación. Por otro lado, los alfahidroxiácidos también son una gran incorporación para la renovación celular y la mejora de la textura de la piel

A los 50 años hay que comenzar a considerar productos con ingredientes que den soporte a la barrera cutánea, como ceramidas, y tratamientos que brinden más firmeza. Es una buena edad para empezar a utilizar cremas nutritivas y pesadas que mantengan la elasticidad. Por último a los 60 años o más, es primordial enfocarse en la hidratación profunda y la reparación de la piel. Por esto se recomienda usar aceites faciales y cremas que contengan vitamina E, ceramidas, ácidos grasos esenciales (Omega-3 y Omega-6), retinoides, colágeno y niacinamida, entre otros. Además, el uso de protector solar es fundamental luego de los 50 años.  

¿Es cierto que si se tiene la piel grasa no es necesario hidratarla?

Este es uno de los mitos más grandes en torno al skincare. Aunque la piel sea grasa, requiere de hidratación, tanto durante el día como la noche. La piel grasa suele tener poros dilatados, acné y en algunas ocasiones dermatitis seborreica, es por esto que para una rutina es necesario un equilibrio que combine la reducción del sebo con la hidratación adecuada. Ya que la falta de hidratantes puede derivar en la obstrucción de los poros, dejando un ambiente propicio para las bacterias que generan el acné.

Si se tiene acné ¿se puede hacer el skincare?

Si bien el acné es señal de que la piel está enferma, requiere de cuidados para mantenerse saludable. Es por eso que un rutina de skincare con los productos necesarios puede ser primordial para controlar el exceso de granitos y mejorar la piel. En este caso, la rutina debe incluir un limpiador suave que no reseque la piel. Además, es muy importante mantener la piel hidratada para evitar que se irrite o seque demasiado, lo cual podría agravar las lesiones de acné.

¿Es verdad que alternar productos con diferentes funcionalidades es más beneficioso que hacer la misma rutina un tiempo prolongado?

No, no es verdad. Aunque hay una tendencia actual que se inclina hacia la búsqueda de resultados rápidos, es cierto que los efectos duraderos y significativos en la piel deben lograrse con tiempo y paciencia. Este órgano necesita tiempo para adaptarse correctamente y responder a los ingredientes activos. Es por esto que cambiar los productos con demasiada frecuencia puede ser perjudicial. 

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