Si tu auto se queda sin agua o líquido refrigerante, es esencial actuar rápidamente para evitar daños graves en el motor. El sobrecalentamiento puede ocasionar averías costosas, por lo que detener el vehículo lo antes posible es fundamental. En los coches más modernos, los sistemas electrónicos pueden detectar el aumento de temperatura y parar el vehículo automáticamente.
A veces puede pasar que nos olvidemos de agregarle agua a nuestro auto y, por ende, que corra riesgo de romperse o de enfrentar alguna avería particular. Sin embargo, existen soluciones para saber intervenir y evitar así que la situación no pase a mayores. A continuación, te explicamos los pasos que debes seguir si te enfrentas a esta situación.
Auto sin agua: qué hacer si pasa esto
1. Detener el auto
Lo primero que debes hacer cuando te quedas sin líquido refrigerante es detener el coche inmediatamente. El motor se sobrecalienta rápidamente sin el agua necesaria para mantener una temperatura adecuada, lo que puede dañar componentes vitales. Una vez detenido, chequeá de señalizar el vehículo correctamente, utilizando los triángulos de emergencia para advertir a otros conductores. Además, contacta con la asistencia en carretera de tu seguro para recibir ayuda.
Si tu auto tiene un sistema electrónico avanzado, estás en ventaja. Estos vehículos están equipados con sensores que monitorean la temperatura del motor. Si la temperatura sube peligrosamente, el sistema reducirá la potencia del coche hasta detenerlo por completo. Este sistema de protección es esencial para evitar daños mayores, aunque siempre es recomendable que tomes precauciones antes de que ocurra este tipo de paradas forzadas.
2. Confirmar el estado de gravedad
Si ves que el motor aún no alcanzó niveles de sobrecalentamiento críticos, como la salida de humo, es un buen indicador. Si tenés una botella de agua a mano, vas a poder usarla para rellenar el radiador. Sin embargo, si sospechás que el coche ya sufrió daños, lo mejor es no moverlo. En ese caso, lo más seguro es que una grúa lo lleve al taller más cercano, donde podrán evaluar si el motor ha sufrido alguna avería.
3. Agregarle agua
Para rellenar el radiador, es importante que el motor esté frío para evitar quemaduras. Abrí el capó del coche y deja que el compartimento del motor se enfríe. El depósito que conecta al radiador suele ser de color blanco y transparente, lo que facilita su identificación. Antes de abrir la tapa, desenroscala parcialmente para liberar la presión acumulada. Una vez hecho esto, añade el agua con cuidado, cierra bien el tapón y el capó.
4. Llevar el auto al taller para confirmar su estado
Cuando llegues a tu destino, es esencial que lleves el coche al taller para una revisión completa. El mecánico podrá confirmar si el sobrecalentamiento causó daños y agregar líquido anticongelante al sistema de refrigeración, algo fundamental para prevenir futuros problemas.
Finalmente, para evitar que te quedes sin agua o refrigerante en el futuro, es clave mantener un buen mantenimiento preventivo. Revisá el nivel de refrigerante cada 1.000 kilómetros o cada dos meses. Así, te vas a poder asegurar de que tu coche funcione correctamente y evitarás situaciones de riesgo.