El polvo negro que aparece en las ruedas de los autos puede parecer una simple suciedad o acumulación de residuos de la calle, sin embargo, esta especie de hollín esconde un peligro mucho mayor del que la mayoría de los conductores imagina. Se comprobó que este residuo, conocido por su capacidad de penetrar en el aire y en nuestros cuerpos, está vinculado a enfermedades graves como el Alzheimer, ciertos tipos de cáncer y problemas respiratorios. ¿Qué es exactamente este polvo negro? ¿Por qué es tan peligroso? Y, lo más importante, ¿Qué podemos hacer para protegernos?
Cuando se habla de la contaminación causada por los autos, la conversación generalmente gira en torno al combustible que utilizan, las emisiones de gases y el daño que producen al medio ambiente. Pero lo que muchas personas desconocen es que los frenos de un auto son también responsables de un tipo de contaminación igualmente preocupante: la producción de micropartículas de polvo. Estas partículas se generan debido a la fricción entre los discos de freno y las pastillas, un proceso inevitable cada vez que pisamos el pedal de freno.
El polvo que vemos acumulado en las ruedas es solo una fracción de las partículas que se liberan en el aire en este proceso de frenado. Estas partículas, conocidas como PM10 (polvo grueso) y PM2.5 (polvo fino), son lo suficientemente pequeñas como para flotar en el aire y entrar en nuestro sistema respiratorio. Esta problemática va más allá de un simple asunto de limpieza o estética en las ruedas de un auto. Aunque muchos conductores solo ven este polvo como una mancha molesta, la realidad es que representa un peligro silencioso para la salud pública y el medio ambiente. En particular, las personas con condiciones respiratorias preexistentes, como el asma, son especialmente vulnerables a los efectos dañinos de las partículas PM2.5.
El PM2.5, en particular, es especialmente peligroso debido a su diminuto tamaño, que le permite llegar hasta los pulmones e incluso penetrar en el torrente sanguíneo, según informa el portal especializado en autos Car and motor. Una vez allí, estas partículas pueden desencadenar problemas respiratorios graves, además de debilitar el sistema inmunológico, lo que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.
Estudios recientes en Europa detectaron que estas partículas de polvo contienen vanadio, un elemento químico que tiene efectos tóxicos en el cuerpo humano. La exposición prolongada al vanadio y otros metales pesados presentes en este polvo se ha asociado con el desarrollo de diversas enfermedades, entre ellas problemas neurológicos que pueden desembocar en Alzheimer. Además, los investigadores indicaron que el polvo de freno podría ser responsable del aumento en la incidencia de cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias crónicas en zonas urbanas con alta circulación vehicular.
Un peligro más allá de los conductores
Este problema no solo afecta a los conductores, sino también a quienes caminan cerca del tránsito, especialmente en ciudades densamente pobladas como Buenos Aires y otras áreas urbanas de Argentina. Las partículas finas liberadas por los autos se mezclan con el aire que respiramos, creando una exposición constante para los peatones, ciclistas y cualquier persona que esté en contacto frecuente con el tráfico. Es por eso que en regiones como Europa buscan combatir estos efectos dañinos con las nuevas normativas Euro 7, que tendrán plena vigencia desde 2027. Las normativas están estableciendo límites estrictos a las emisiones no solo de los gases de escape, sino también del polvo generado por los frenos.
Estas regulaciones están obligando a las automotrices a buscar soluciones innovadoras para reducir el impacto de estas partículas en el medio ambiente y la salud. Entre las medidas que se están implementando se encuentran sistemas de filtrado en los frenos, que capturan el polvo antes de que se libere al aire. Varias empresas ya han comenzado a diseñar pastillas de freno que emiten menos micropartículas, lo que contribuye a disminuir la cantidad de polvo que se produce al frenar. Otra tendencia que está ganando fuerza es el regreso a los frenos de tambor en algunos vehículos, especialmente en autos eléctricos. Los frenos de tambor tienen la ventaja de que retienen el polvo en su interior, lo que reduce la cantidad que se libera al ambiente.
Cómo se pude prevenir
A medida que las regulaciones se vuelven más estrictas y las investigaciones sobre el impacto del polvo de frenos avanzan, es fundamental que los conductores argentinos tomen conciencia de este problema. Mantener el auto en buen estado, utilizar repuestos de calidad y estar al tanto de las nuevas tecnologías que reducen las emisiones de micropartículas son algunas de las formas en que podemos ayudar a mitigar este riesgo. Pero como primera medida, se debe evitar en lo posible el contacto con estas partículas.