Mayo nos regala una ventana al universo con una serie de eventos astronómicos que nos asombrarán y deleitarán a lo largo del mes. Desde lluvias de meteoros hasta el misterioso baile de los planetas, cada evento ofrece una oportunidad única para contemplar la majestuosidad del cosmos. A continuación, el detalle de qué va a pasar durante este mes en el cielo.
Lluvia de meteoros Eta Acuáridas: una danza celestial
El 6 y 7 de mayo, los cielos se iluminarán con la lluvia de meteoros Eta Acuáridas, un espectáculo cósmico generado por el mítico cometa Halley. Esta lluvia de estrellas, que se extiende desde el 28 de abril hasta el 28 de mayo, ofrece la oportunidad de presenciar hasta 60 meteoros por hora, aunque en algunas regiones, se estima una cifra algo más modesta, alrededor de 30.
Para disfrutar al máximo de este fenómeno, se recomienda buscar un lugar oscuro, despejado y libre de contaminación lumínica. Allí, bajo el lienzo estrellado, podrás maravillarte con el baile de los meteoros mientras atraviesan el cielo nocturno.
Luna Nueva: el renacer de la noche
El 8 de mayo, la Luna Nueva nos invita a contemplar el renacer de la noche. A las 21, este fenómeno nos recuerda la belleza de la oscuridad, cuando la luna se encuentra alineada con el sol y no es visible en el cielo nocturno. Es un momento para reflexionar sobre el ciclo eterno de la naturaleza y la renovación constante que caracteriza al universo.
Mercurio en su máxima elongación occidental: el mensajero de los dioses
El 9 de mayo, Mercurio alcanzará su máxima elongación occidental, con una separación de 26,4 grados respecto al sol. Esta es una oportunidad única para avistar al escurridizo planeta, aunque solo será visible antes del amanecer. Observarlo en el horizonte oriental antes del alba será como capturar un destello fugaz del mensajero de los dioses en su danza celestial.
Luna llena: la luz que guía la noche
El 23 de mayo, la Luna llena nos brinda su resplandor, iluminando la oscuridad desde las 07.55 de la mañana (hora del centro de México). Este fenómeno ocurre cuando la luna y el sol se sitúan en lados opuestos de la Tierra, lo que permite que la luz solar se refleje en toda su superficie. Es un momento para dejarse llevar por la magia de la noche y contemplar la belleza etérea de nuestro satélite natural.