El diente de una niña recuperado de la pared de una cueva en el noreste de Laos está proporcionando nuevos conocimientos sobre la misteriosa especie humana extinta conocida como denisovanos, y revelando su ingenio para adaptarse tanto a climas tropicales como fríos.
El diente es uno de los pocos restos físicos que hay de los denisovanos, un linaje hermano de los neandertales que hasta ahora sólo se conocía por escasos fósiles dentales y óseos de un extraordinario yacimiento en Siberia y otro en el Himalaya.
El molar, de entre 164.000 y 131.000 años de antigüedad, pertenecía a una niña de entre 4 y 6 años.
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Las condiciones de humedad de Laos hicieron que el ADN antiguo no se conservara en el molar, a diferencia de otros restos denisovanos.
Los investigadores determinaron que era denisovano por su forma -corta y muy arrugada- y por las características del esmalte. Las proteínas antiguas indicaban que el molar procedía de una niña.
Fue desenterrado en una cueva de piedra caliza llamada Tam Ngu Hao 2, conocida por los lugareños como la Cueva de la Cobra, en las montañas de Annamite.
"Es la primera vez que se encuentra un denisovano en una región cálida", dijo el paleoantropólogo Fabrice Demeter, del Centro de Geogenética de la Fundación Lundbeck de la Universidad de Copenhague, autor principal del estudio publicado el martes en la revista Nature Communications.
"Significa que estaban adaptados a entornos opuestos, desde regiones frías y de gran altitud a regiones cálidas y de baja altitud. En este sentido, eran como nosotros, los humanos modernos", añadió Demeter.
La existencia de los denisovanos era desconocida hasta que en 2010 se encontró la punta de un hueso de un dedo de unos 40.000 años de antigüedad en una cueva de los montes Altai de Siberia, donde también se hallaron tres molares. Posteriormente se descubrió en una cueva tibetana parte de una mandíbula denisovana de hace unos 160.000 años.
La cueva de Laos se encuentra a unos 3.800 kilómetros de la de Siberia.
"Desgraciadamente, sabemos muy poco sobre su aspecto, ya que hay muy pocos fósiles disponibles", dijo la paleoantropóloga de la Universidad de Illinois y coautora del estudio, Laura Shackelford, quien señaló que los denisovanos probablemente compartían algunos rasgos faciales y dentales de los neandertales.
Los estudios del genoma han demostrado que nuestra especie, el Homo sapiens, se cruzó con los denisovanos hace tan sólo 30.000 años.
Como resultado, algunas personas modernas comparten alrededor del 5% de su ADN con los denisovanos, incluidas las poblaciones indígenas de Papúa Nueva Guinea, Australia y Filipinas, con porcentajes de ADN menores entre las poblaciones más amplias del sudeste asiático.
"Este descubrimiento (el molar) es especialmente importante, ya que es la primera prueba directa de la presencia de denisovanos en el sudeste asiático", dijo el director del Centro de Geogenética de la Fundación Lundbeck y coautor del estudio, Eske Willerslev.
Se cree que un ancestro común a los denisovanos, los neandertales y el Homo sapiens vivió en África hace entre 700.000 y 500.000 años, y que una rama que llevó a los denisovanos y los neandertales se separó hace entre 470.000 y 380.000 años. El Homo sapiens apareció por primera vez en África hace unos 300.000 años y luego se extendió por todo el mundo.
Con información de Reuters