El misterio oceánico acerca de cómo los peces más negros que viven en las profundidades del mar llegan a ser tan extremadamente oscuros, finalmente se resolvió gracias a un estudio que comenzó con unas "fotografías muy malas".
"No pude conseguir una buena imagen, solo siluetas de ellos", le explicó Karen Osborn, del Instituto Smithsoniano, con sede en Washington D.C, a la BBC.
Su estudio recién presentado se centra en la piel ultranegra de estos peces y reveló que son capaces de atrapar la luz y por eso solo se los puede ver con algo más de detalle pasando horas editando sus fotos.
Esta característica hace que los animales sean difíciles de fotografiar, y los científicos marinos dicen que proporciona un "camuflaje definitivo".
Osborn señaló que en las profundidades del océano no hay ningún lugar para esconderse de los depredadores, por lo que esta característica hace que las criaturas sean casi invisibles.
La explicación está en su piel
El descubrimiento, reseñado en la revista científica Current Biology, puede ser capaz de proporcionar las bases para analizar otros materiales ultranegros, así como nuevas mejoras en telescopios o cámaras.
Varias especies llamadas "ultranegras", según la investigación, parecen haber desarrollado de manera independiente esta misma capacidad.
"Las partículas de pigmento en su piel tienen el tamaño y la forma adecuados para dispersar de lado cualquier luz que no absorban", explicó Osborn, que es parte del equipo de investigadores del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsoniano.
Estas partículas de pigmento están dispuestas en una capa delgada densamente compactada. "Entonces, en lugar de devolver la luz, la vuelven a dispersar en la capa, es una trampa de luz", describe la experta.
Osborn cuenta que fueron sus frustrados esfuerzos de tomar buenas fotografías de las especies de aguas profundas que estaba estudiando lo que la inspiró a ella y a sus colegas a mirar mucho más de cerca, a escala microscópica.
"Cada foto que tomé fue realmente mala, fue muy frustrante", relata. Entonces Osborn notó que tenían una piel realmente extraña: "Son tan negros que absorben toda la luz".
El camufaje más sofisticado
Esta piel que atrapa la luz, dicen los investigadores, es el perfecto camuflaje de aguas profundas, donde hay muy poca luz, pero donde otras especies, incluidos los depredadores, producen su propia luz bioluminiscente.
Y los peces no saben dónde puede aparecer esa luz que es señal de que un depredador está cerca. "Así que vivir en las profundidades del mar es como jugar a las escondidas en un campo de fútbol, lo mejor es ponerse verde y acostarse lo más plano posible", describe.
Al final, ser tan negros realmente ayuda a estas criaturas a sobrevivir.