Autoridades de la Municipalidad de Mendoza anunciaron que analizan el posible traslado del tortugo Jorge, un ejemplar de 70 años y 99 kilos que vive desde hace cuarenta años en el exacuario municipal, a un centro de rehabilitación de la ciudad bonaerense de Mar del Plata.
Así lo explicó el subsecretario de Ambiente capitalino, Sebastián Fermani, al señalar que la intención es derivar al animal al Centro de Rehabilitación de Fauna Marina Aquarium, ubicado en Mar del Plata, “aunque estamos en una instancia de evaluación de la propuesta y consultas con especialistas". "Allí hay instalaciones que tienen cinco veces más el tamaño de su morada actual, con agua marina”, remarcó el funcionario y señaló que la situación es compleja dado que “no hay santuarios de tortugas" en el país.
Además, la especie no es autóctona dado que se cree que llegó arrastrado por las corrientes marinas desde el golfo de México en la década de 1980. “Su liberación es muy difícil. Primero, porque pasó mucho tiempo acá, son casi 40 años en cautiverio, y por el comportamiento del animal tiene mucho riesgo de no sobrevivir”, explicó el funcionario.
La historia del tortugo Jorge
Funcionarios de la intendencia trabajan para transformar el antiguo acuario en un paseo informativo e interactivo donde no se exponga más a las especies. Según la comuna, el tortugo Jorge es el único de su especie que ha vivido tantos años en cautiverio, no puede alimentarse solo y no está preparado para soportar la fuerza de las corrientes marinas, dado que solo está acostumbrado a soportar una profundidad de un metro y medio.
“Uno de los principales requisitos que buscamos que se cumpla es que el tortugo esté en un entorno en el que cuente con el mayor bienestar posible, pero que ya no sea expuesto como ha sucedido a lo largo de su vida", explicó Fermani. El tortugo permanecer en un estanque de 20.000 litros de agua, donde habita desde 2006.
El quelonio había llegado a Mendoza en 1984, luego de ser encontrado en una zona pesquera de Bahía Blanca, hacia donde se cree habría sido arrastrado por las corrientes marinas desde el Golfo de México, donde habitualmente habitan estas tortugas de gran tamaño. En Argentina no había sitios para ser recibido y por eso las autoridades decidieron alojarlo en el acuario mendocino.