El tiburón de Groenlandia es la especie más longeva de la que se tiene registro en el planeta y los ejemplares más viejos llevaron vidas de hasta 400 años. Además, es ciego casi por completo, tiene una piel extremadamente sensible y se guía con el campo magnético de la Tierra para nadar en las profundidades de los mares helados del Ártico a unos 2000 metros. Al no acercarse casi nunca a la superficie, avistar uno es muy raro, ya que prefiere la oscuridad y los entornos silenciosos.
"El secreto detrás del éxito de este estudio es que teníamos animales jóvenes y viejos, animales medianos y grandes, y podíamos compararlos a todos", explicó Julius Nielsen, biólogo de la Universidad de Copenhague y autor principal de la investigación que arrojó información sobre este animal tan especial. El estudio fue publicado en la revista especializada Science, realizado en conjunto con Instituto de Recursos Naturales de Groenlandia y contó con el análisis de 28 ejemplares de tiburón de Groenlandia, o Somniosus microcephalus según su nombre científico.
La importante cantidad de ejemplares estudiados de estos tiburones árticos permitió una amplitud nunca antes observada y analizar los contrastes de la misma especie. Para conocer la edad de cada individuo, los especialistas debieron mirar a los tiburones a los ojos, ya que el cristalino dentro de la estructura ocular crece a lo largo de su vida. Tal como ocurre con los anillos de los árboles, los expertos se basaron en la cantidad de capas disponibles en los ojos de estos animales para determinar su edad. Según el texto publicado en Science algunos de los ejemplares estudiados tenían hasta 392 años de vida.
Ciegos por naturaleza, estos tiburones árticos pueden crecer solamente un centímetro por año y por la falta de recursos en su hábitat natural, sus movimientos son lentos. Así como también lo hacen sus primos más tropicales, utilizan el campo magnético de la Tierra para orientarse, lo que les permite gastar menos energía y a la vez alcanzar una esperanza de vida superior a la de otras especies.
El por qué de la longevidad entre los tiburones de Groenlandia es un dato que todavía es una incógnita para los especialistas, aunque aventuran que podría deberse a la baja temperaturas corporales que registran, factor que indica una operación metabólica particularmente lenta. La falta de recursos de supervivencia y las condiciones ambientales hostiles también suman interrogantes a la hora de explicar la longevidad de esta especie. La principal amenaza a la que el tiburón de Groenlandia se enfrenta es a la pesca industrial, dado hay pocos ejemplares en libertad y se conoce poco sobre la especie.