Buscan salvar de la extinción un pez rumano que vivió con los dinosaurios

El asprete o "Romanichthys valsanico", su nombre en latín, es un pez de agua dulce del que solo sobreviven 15 especímenes en todo el mundo, y que habría convivido con los dinosaurios.

07 de abril, 2022 | 17.29

No solo los mosquitos y las cucarachas sobrevivieron a la era de los dinosaurios, período de la historia de hace 65 millones de años atrás, sino que el pez asprete, una especie de agua dulce, también lo hizo. Y dado que se estima que solo quedan 15 especímenes en el mundo, un grupo de científicos iniciaron una carrera contrarreloj para evitar su extinción. ¿De qué se trata?

Los ejemplares del asprete, también llamado "Romanichthys valsanicola" en latín, aún vivos se encuentran a lo largo de un kilómetro del cauce del río Valsan del centro de Rumania. Además, por sus hábitos nocturnos, y que se pasa buena parte del día escondido bajo las rocas, se trata de un pez muy difícil de encontrar, motivo de disgusto para disgusto para la comunidad de científicos que ansían estudiarlo. El asprete fue descubierto en 1956 por Nicolae Stoica, un estudiante de Biología rumano que se topó con un espécimen no descripto en los libros de zoología y procedió a divulgar su existencia. 

Científicos buscan salvar al asprete de la extinción

Un grupo de activistas y científicos emprendieron una campaña para salvar a la especie luego de encontrar un grupo de 12 ejemplares el mes pasado y notificar el hallazgo a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) apuntando que se trata de peces amenazados.

“Probablemente es la primera vez que se ha podido grabar a este pez en su hábitat natural desde que la especie fue descubierta”, reveló a agencia Efe el alpinista y conservacionista Alex Gavan, que pasó parte de su infancia a orillas del río Valsan y es el más activo embajador de la causa para salvar el asprete. 

El principal motivo que está llevando al asprete a la extinción se debe a la construcción de la Presa Vidraru, con los fines de producir energía eléctrica y prevenir inundaciones. Esto altera el hábitat natural del animal de río y está terminando con él. Por eso, los especialistas junto a ciudadanos rumanos de la zona buscan crear en el valle del río Vaslan un santuario ecológico para protegerlos, que también atraiga visitas y genere beneficios económicos en la zona.

“Queremos implicar a los vecinos a través de cursos de emprendimiento, talleres de agricultura sostenible y otras iniciativas de promoción de los valores locales y la vida tradicional en un contexto contemporáneo”, precisó Gavan, en declaraciones a la agencia de noticias.