La Fundación Fauna Argentina repudió en sus redes sociales un hecho de violencia animal ocurrido en Mar del Tuyú, protagonizado por un hombre que recogió un delfín de la playa y se lo llevó. El mamífero se encontraba inmovilizado y en estado de agonía sobre la arena cuando este señor lo cargó en sus hombros y lo retiró.
Desde el organismo denunciante pidieron con urgencia la identificación de la persona que quitó al delfín de su hábitat natural el pasado fin de semana en el balneario martuyense ubicado en la calle 79. Otras organizaciones como Ecos de Mar, Fundación Fauna Argentina y Activistas Animales del Partido de la Costa también mostraron su repudio tras lo acontecido con el delfín Franciscana, especie en peligro de extinción.
El grupo de Instagram Activistas Animales de la Costa publicaron una serie de videos que deschavan al hombre denunciado. En el primero se puede observar al animal en primer plano, al rayo del sol y sin posibilidades de regresar al agua. En el segundo, se ve cómo este sujeto toma una manta ancha, lo levanta sobre sus hombres y comienza a caminar hacia la ciudad. "Esta especie está protegida y en peligro de extinción. Es un animal marino protegido por ley, es un monumento natural, es un delito lo que ocurrió y es por eso que necesitamos saber lo que pasó y exigimos que se investigue y si corresponde, la máxima pena legal para estas personas", expresaron.
Miembros de la Fundación Fauna Argentina aseguraron en las redes que la denuncia ya está radicada y se encuentran a la espera de resultados: "Esperemos que la justicia haga algo y que esta persona explique este aberrante acto".
La inteligencia de los delfines
Estos cetáceos pueden alcanzar el nivel de inteligencia de un niño de tres años, según informa un artículo de BBC publicado en 2010. "La neuroanatomía sugiere continuidad psicológica entre humanos y delfines y tiene implicaciones profundas para la ética de la interacción entre ambos", comentó la investigadora de la Universidad de Emory en Atlanta, Lori Marino. Además, los delfines tienen una personalidad, propia, pueden pensar a futuro y son animales culturales que aprenden nuevos comportamientos a lo largo de su vida. Estas cualidades evidencian la profunda agonía de los delfines que viven en pequeñas piscinas de parques de diversión, ya que son absolutamente conscientes de su existencia y sus necesidades.