Alejandro Fantino es uno de los conductores más entretenidos de la televisión argentina. Si bien la popularidad la alcanzó en Mar de Fondo, programa que era emitido por TyC Sports, el periodista se logró mantener gracias a sus participaciones en la radio como así también en Animales Sueltos, por América. Actualmente, el periodista se luce en ESPN FC Show, donde cada noche realiza debates, recibe invitados en la mesa y también se divierte con sus particulares preguntas y anécdotas.
Hace unos días, el hombre de 49 años recibió en su programa a la ex nadadora olímpica Agustina De Giovanni, quien comentó algunas vivencias que tuvo a lo largo de su carrera y sobre todo de su experiencia en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y los de Pekín 2008 en el estilo pecho: "Entrené ocho horas por día durante 15 años. Yo empecé a nadar desde las cuatro y veinte de la mañana a los doce años".
"Es muy loser lo que me pasó"
Sin embargo, el momento más llamativo lo protagonizó el propio Fantino, que decidió hacer una revelación. "Les voy a contar algo que me da mucha vergüenza", advirtió el conductor antes de comenzar a contar con lujo de detalles. "Hace diez años, me agarró un berretín de cruzar el Río Paraná de las Palmas a nado. Es muy loser lo que me pasó", confesó.
"Pablo Testa (Entrenador de natación de la Selección Argentina) me dijo que tenía que comprar un traje de neoprene para flotar y conseguir una pileta. Conseguí una pileta muy cheta (sic), fortuna pagaba por mes, en el Palacio Duhau. Un día llego a Sauce Viejo y mi papá me preguntó si iba a pescar. Yo le dije que lamentaba desilusionarlo, pero que iba a nadar. 'Vos buscame en los Suspiros que en una hora y media estoy por allá', le dije".
"Me agarró un cagazo terrible, tiré los auriculares de 400 dólares al agua, perdí una pata de rana y se me rompió todo el traje de neoprene"
Al momento de nadar y someterse al duro desafío en el Río Paraná de las Palmas, el periodista contó lo que le ocurrió: "Me tiré al agua y sentí que me agarró Poseidón de abajo y me arrastró hacia el fondo del río. Me agarró un cagazo terrible, tiré los auriculares de 400 dólares al agua, perdí una pata de rana y se me rompió todo el traje de neoprene. Me agarré de dos camalotes y me arrastré todo lleno de barro. No nadé nunca más".