Broadcast Music Inc (BMI), la compañía de derechos musicales que representa a compositoras como Lady Gaga, Taylor Swift y Rihanna, está explorando de nuevo opciones que incluyen una venta después de que se alejara de su modelo sin ánimo de lucro, dijeron personas familiarizadas con el asunto.
BMI ha recurrido a Goldman Sachs Group, el banco de inversión que también la asesoró en las negociaciones del año pasado, para que la guíe en su búsqueda de posibles compradores, incluidas empresas de capital riesgo, según las fuentes.
La compañía también estudió la posibilidad de una venta el año pasado, cuando funcionaba sin ánimo de lucro y entregaba la mayor parte de sus beneficios a los artistas musicales y sus editores. El hecho de que BMI no se quedara con más dinero dificultaba que los interesados justificaran el precio de más de 2.000 millones de dólares que pretendía obtener la empresa, según las fuentes.
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Ahora, BMI espera que el hecho de retener una mayor parte de los ingresos por licencias la convierta en un objetivo de adquisición más atractivo, añadieron las fuentes, que advirtieron de que la empresa aún puede decidir no venderse.
BMI genera alrededor de 145 millones de dólares en ganancias de 12 meses antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización, según las fuentes, que pidieron no ser identificadas porque el asunto es confidencial. Los portavoces de BMI, controlada por varias cadenas de televisión y emisoras de radio, y Goldman Sachs declinaron hacer comentarios.
Creada en 1939, BMI representa los derechos de ejecución pública de más de 20 millones de obras musicales creadas y propiedad de más de 1,3 millones de letristas, compositores y editores musicales. Las canciones se ceden bajo licencia a servicios digitales de streaming, emisoras de radio y televisión y otros usuarios de música.
En virtud de un decreto de consentimiento firmado hace 82 años con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, BMI está obligada a conceder licencias a cualquiera que lo solicite, y las disputas sobre precios las resuelve un juez.
El Departamento de Justicia emprendió hace cuatro años una revisión de su decreto de consentimiento con BMI, así como con la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores (ASCAP), otra empresa de derechos musicales propiedad de Blackstone Inc, pero decidió mantener los acuerdos.
BMI y ASCAP representan conjuntamente más del 90% del mercado de licencias musicales.
Con información de Reuters
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