Trabajadoras del Centro Cultural San Martín realizaron una denuncia penal contra el Director General, Diego Pimentel por abusos, maltratos físicos y psicológicos. En un comunicado dado a conocer hoy, las empleadas del complejo San Martín lo denunciaron ante el Fuero Penal, Contravencional y de Faltas de Ciudad de Buenos Aires.
En un comunicado expresaron: “Hemos padecido abusos, maltratos físicos y psicológicos por parte del Director General y que tuvimos que soportar y callar durante mucho tiempo”. La comunicación de las trabajadoras fue presentada en el marco de la visibilización de la problemática de género que plantea en este bimestre el Centro Cultural San Martín.
Las abogadas patrocinantes de las trabajadoras, Jimena Gibertoni y Yamila Carballido, explicaron que podrían sumarse a las denuncias más empleadas que aún temen que esto pueda afectar su fuente de trabajado.
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“Las trabajadoras del Centro Cultural San Martín formalizaron una denuncia por hostigamiento, maltrato e intimidación contra el Director General. Son cuatro, pero existe la posibilidad de que se sumen más denunciantes. Se trató de un proceso largo, que finalmente se materializo en las Fiscalías de CABA”, explicó Gibertoni.
La letrada, además, sumó que “se enviaron telegramas manifestando que están sufriendo los hostigamientos y se remitió al Ministerio de Cultura de Ciudad y al San Martin, donde en primera instancia las trabajadoras pidieron ser trasladadas y conservar su puesto de trabajo por el moobing que sufrían". En represalia a sus denuncias, contó Gibertoni, "Pimentel les rescinde el contrato", por lo que "se interpusieron recursos administrativos a fin de que se deje sin efecto dicha resolución al ser arbitraria, ilegítima e infundada”.
Los relatos de las trabajadoras son contundentes: “Todos los días cuando nos saludaba o en cualquier otro que lo veíamos, nos abrazaba fuertemente apretándonos contra él, nos pellizcaba el rostro, nos agarraba de la cintura ejerciendo fuerza sobre nuestros cuerpos causando dolor, nos reducía llevándonos las manos por detrás de nuestra espalda y las retorcía, nos agarraba con su brazo desde atrás rodeándonos las gargantas simulando que nos iba a asfixiar a 'modo de juego'. Nos besaba en la frente, en las manos y hasta en el cuello. Nos masajeaba los hombros y hacía comentarios sexuales sobre nuestro aspecto físico de forma lasciva”.
Las trabajadoras afirmaron que la situación ya era insostenible y por eso rompieron el silencio: “Padecimos humillaciones, descalificaciones y persecuciones sobre nuestras tareas". En esa línea, relataron: "Nos llamaba y nos escribía mensajes fuera del horario laboral, durante las reuniones de equipo nos gritaba y humillaba delante del resto”. El comportamiento de Pimentel y su actitud hostil era solo hacia las mujeres.
Para finalizar, las trabajadoras exigen que “se arbitren las medidas necesarias para garantizar a las trabajadoras del Centro Cultural San Martin el derecho a trabajar en ambientes libres de violencia”.