El poder de Milei, el presidente que camina hacia el fuego

Dice haber vencido a enemigos, tibios y derrotistas. Festeja la extinción de la brecha, mientras la deuda adopta un perfil explosivo y ajusta a los viejos. Kueider, la casta en alquiler y la sombra de Macri. La conflictividad social empieza a aumentar. 

08 de diciembre, 2024 | 00.05

El decálogo de poder que leyó Javier Milei en la cumbre de la CPAC en el Hotel Hilton de Puerto Madero era el mix perfecto de las consignas de extrema derecha que viraliza Agustin Laje y las psicografías que Santiago Caputo traslada cada día al ejercicio del poder. Fundada hace 50 años por una alianza de conservadores y jóvenes libertarios que rechazaban las negociaciones con China que abrió Nixon meses antes del Watergate, la CPAC fue inaugurada por el entonces gobernador de California, Ronald Reagan. Medio siglo después, la sede de la ultraderecha global se trasladó al fin del mundo. 

Divertido y triunfalista, Milei hizo un discurso en que reivindicó su aprendizaje político y su forma de ejercer el poder. Se felicitó a sí mismo por su primer año de gobierno y se burló directamente de Mauricio Macri, cuando apuntó a los “supuestos profesionales de la política” que alertaban sobre una “organización fácilmente infiltrable”. Unas horas antes, el neolibertario Edgardo Kueider había sido detenido en la frontera con Paraguay, algo que pareció guionado por enemigos del gobierno. Cuentapropista de la política, Kueider estaba listo para votar el pliego de Ariel Lijo como juez de la Corte Suprema, pero había traicionado a muchos en muy poco tiempo. 

Con una defensa cerrada de la batalla cultural, Milei volvió a castigar a sus blancos predilectos: el “periodismo ensobrado”, los “tibios” y “cómplices” del extremo centro y el “liberalismo derrotista o de copetín”, todos -dijo- campeones del onanismo. Dos mandamientos de la biblia de extrema derecha apuntaron contra los fracasados que lo precedieron. “Nunca hay que negociar las ideas para rascar un voto. Negar tus convicciones para atraer votos te va a dejar sin convicciones y sin votos” (punto 3). “Retroceder nunca, siempre acelerar y caminando hacia el fuego” (punto 7). Es lo que está haciendo el ex panelista, con una mezcla de osadía y fortuna que no puede desconocerse ni tampoco considerarse eterna. 

La euforia de Milei no se basa en la recuperación de la economía sino en la fiesta financiera que está generando en los fondos de Wall Street grandes retornos en dólares producto de la especulación. La repentina extinción de la brecha cambiaria, que devoró al Frente de Todos hasta asfixiarlo, está atada a los resultados del blanqueo brutal que pocos imaginaron y le permitió a la sociedad Milei-Caputo tender un puente hacia el año electoral. “Toto es un maestro en atar flujos. Siempre tiene algún rulo o bicicleta para ofrecer. Pero sobre todo sabe exactamente lo que el mercado necesita ver. Se levanta todos los días y dice lo que quiere escuchar el mercado. Es el lobo cuidando al gallinero”, afirma un argentino que trabaja en Wall Street desde hace años y contradice la euforia general. De acuerdo a su visión, los fondos no están prendidos en el carry trade que según el analista Nery Persichini generó ganancias en dólares de 45% desde que asumió Milei, pero se benefician de todas maneras, con la baja del riesgo país y la escalada de los bonos. El esquema, afirma, tiene enormes similitudes con el que implementó Martinez de Hoz durante la última dictadura. Algo por el estilo acaba de admitir el amante de la opera y habitue del microcine de Olivos, Juan Carlos De Pablo. De los rulos y biciletas del ministro Caputo depende la baja de la inflación, el argumento principal que tiene Milei para sostener su campaña. 

Mientras Caputo negocia nueva deuda con el Fondo, el optimismo de Wall Street está basado en la estabilidad que sobreactúa Milei y desprecia las alarmas que están sonando: un superávit fiscal que coincide con reservas negativas en torno a los 6000 millones de dólares, la escalada de los dólares que se van por turismo, un dolar blend que le sigue arrebatando a las reservas más de 1000  millones por mes, un aumento explosivo de la deuda -más de 90 mil millones de dólares en nueve meses según la secretaría de Finanzas- y la situación que sufre la mitad de los argentinos, los perdedores del ajuste más grande de la historia. 

La transferencia de ingresos es un proceso continuo, la piedra angular del plan Milei. En la misma semana en que decidió eliminar los medicamentos gratis para jubilados que son el blanco principal de la motosierra, Caputo dijo no saber cómo impactaba la eliminación del Impuesto PAIS en el PAMI y Milei festejó el dato de la pobreza que bajó del Aconcagua al que la llevó en el arranque de su gestión. Sin embargo, los números de la UCA muestran que al 49% de personas que vive bajo la línea de pobreza coincide con un 28% de argentinos que hoy tiene hambre. Es la cifra más alta de los últimos 20 años. Nadie come con la batalla cultural. 

El martes pasado, una escena marcó el contraste brutal en el país que el presidente lleva al extremo. En Quilmes, un grupo de vecinos del sur del conurbano bonaerense, se movilizó por segunda vez detrás de la consigna “El hambre no espera” en la puerta de Compañía Bernal (ex Finexcor), un frigorífico que exporta a más de 30 países. Convocados por el Frente Dario Santillan, mostraron el divorcio de las dos Argentinas. Por un lado, la caída histórica del consumo de carne y la realidad del millón de pibes que acceden a una sola comida diaria y padece falta de nutrientes. Por el otro, el aumento de las exportaciones de carne que, entre enero y septiembre, logró el pico de los últimos 57 años y generó ingresos por más de 2.000 millones de dólares para los empresarios del sector. De capitales nacionales, el frigorífico aceptó donar 500 kilos de carne para repartir en las fiestas entre las familias de localidades como San Francisco Solano y Monte Chingolo. Ese mismo día, el Frente de Lucha Piquetero convocó a un corte de ruta en el cruce de Camino de Cintura a la altura de la rotonda de Don Bosco, en La Matanza, y movilizó finalmente a la plaza de San Justo. Pedían un ingreso de emergencia de $100.000 para todas las familias que rechazan pasar las fiestas en la indigencia. 

Son imágenes que no se viralizan ni forman parte de la cadena de la felicidad que promueve el brazo armado del gobierno, pero se extienden en distintas partes del país. Mientras más de 23 millones de personas están bajo la lista de pobreza, el ranking de la revista Forbes ilumina a 50 millonarios argentinos que acumulan una fortuna de 78.000 millones de dólares. Es una realidad que precede a Milei, propia del fracaso alevoso del sistema político que en 40 años de democracia perdió su papel de intermediación. El desprestigio social de la oposición explica en parte que Milei haya llegado a diciembre envuelto en un triunfalismo pocas veces visto. Antes que el esquema precario de Milei, el mercado compra la escena de una dirigencia domada por la extrema derecha. Sin capacidad de reacción.  

Kueider, la casta en alquiler

La caída del senador Kueider en Ciudad del Este escenifica el divorcio de la casta con la realidad de las mayorías y complica, al mismo tiempo, los planes de Santiago Caputo en el Senado. Milei afirmó en el Hilton que llegó al poder sin “contacto alguno con la colonia de leprosos” de la política, pero apenas asumió decidió rentar los servicios del mismo sistema que denostaba en campaña. Kueider es un gran ejemplo. 

Los senadores del peronismo vivieron la caída de su ex compañero de bancada como un nuevo golpe en su contra porque piensan que la sociedad no distingue el zigzagueo de un político que acompañó a Macri, Alberto Fernández y Milei. Eso se suma otro dato que puede volver como un bumeran y no solo porque el gobierno amaga con redoblar la apuesta con un pedido de destitución general: el interbloque de Unión por la Patria pidió la expulsión de Kueider sin consultar a todos los senadores de la bancada. Criado con el ex intendente de Concordia Hernán Orduna, la ex mano derecha de Sergio Uribarri y Gustavo Bordet era hasta hace unos días un gran aliado de Rogelio Frigerio en su provincia. 

Aunque Cristina y Milei se enfrentan para despegarse del entrerriano que incrementó sus inversiones inmobiliarias al otro lado de la frontera en coincidencia con la aprobación de la Ley Bases, el despechado Macri era también uno de sus detractores más duros. Tal como contó El Destape, el ex presidente repetía desde hace meses en privado una frase que ahora resulta premonitoria: “Cristina tiene razón con Kueider. Es un traidor”. El líder de los residuos del PRO le facturaba su apoyo al pliego de la jueza Ana Maria Figueroa durante el último año del FDT, pero sobre todo la asociación con Santiago Caputo para arrebatarle la presidencia de la Bicameral de Inteligencia que había acordado darle al macrista Martin Goerling con Victoria Villarruel. 

Como Daniel Scioli y como los gobernadores Osvaldo Jaldo y Raul Jaili, Kueider era parte del peronismo converso que se entregó al momento de revelación que invoca Milei. Además, era miembro de una bancada colaboracionista, Provincias Unidas, que ahora quedó estallada y cuestionada. Con un mandato que vencía en 2025, en el entorno de Kueider sospechan de sus enemigos en el peronismo de Entre Ríos, pero no pueden descartar que se haya desbarrancado hacia un territorio desconocido, en el que pudo haber sido blanco de la interna entre facciones de la derecha dura. Humillado y ninguneado por un Milei que promete no negociar con el liberalismo derrotista, Macri llamó desde el exterior para prohibirle a sus senadores ir a una reunión con Milei. El ingeniero llegó a una instancia en la que, tal vez, solo le quede hacer jugar su reconocida capacidad de daño.

Milei no solo ataca al ex presidente y a los empresarios que lo acompañan. La furia contra su vicepresidenta es difícil de sostener, tal como lo expresan los propagandistas de la dictadura como Nicolas Marquez, que ahora la acusan de las peores cosas. Los paleo libertarios se mueven en el centro de la escena como si ya hubieran exterminado todo vestigio de oposición. 

La movilización del sindicalismo opositor hacia Plaza de Mayo es parte de un mosaico en el que se expresan corrientes que advierten la estabilidad de Milei y se preparan para una confrontación de largo aliento. Es un movimiento que puede derivar en una renovada alianza con la dirigencia política del peronismo que -según se espera- ensayará en los próximos días una tregua interna con la asunción de Cristina al frente del PJ, avalada por Axel Kicillof y Sergio Massa. Pero que ya comenzó a andar con relativa independencia del dispositivo del PJ. El viernes último, una coordinadora de sindicatos impidió 10 despidos de activistas del sindicato Químico y Petroquímico en la multinacional alemana-estadounidense Linde Praxair. Se trata de la proveedora de gases industriales -destinados a siderúrgicas y automotrices- y medicinales que concentra el negocio del oxígeno en hospitales, clínicas y sanatorios y fue clave durante la pandemia. Desde su megafusión global que se aprobó en 2022, la petroquímica que tiene sede principal en Pacheco se convirtió en la empresa de gases industriales y medicinales más importante del mundo. La despidos anunciados el jueves tuvieron como réplica un paro en las plantas de Pilar, Avellaneda, Lanús y Ensenada. El viernes, la secretaria de Trabajo del ex Techint Julio Cordero decidió la reincorporación de los empleados que la empresa había despedido con el argumento de que la recesión impacta sobre sus ventas.