El juez federal Sebastián Casanello procesó al ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido y al ex secretario de Obras Públicas José López por "administración fraudulenta y cohecho" en la causa Skanska. Se trata de la investigación que busca determinar si hubo uso de facturas truchas y pago de coimas por parte de la multinacional de origen sueco a funcionarios nacionales para la construcción de gasoductos en el país.
La causa se había iniciado en 2006 y se reactivó en los últimos años luego de que la Sala IV de la Cámara de Casación validara una grabación de un directivo de Skanska en la que reconocía el pago de sobornos a funcionarios argentinos para poder acceder a la licitación de ampliación de gasoductos norte y sur en el país.
La grabación corresponde al gerente comercial Javier Azcárate, quien explicaba cómo eran las operaciones ilegales de pago de sobornos y de qué manera la constructora había creado un sistema de facturación falsa para justificar la erogación de fondos, simulando trabajos que no se realizaban.
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En su resolución, el juez Casanello consideró las diferencias de precios entre el presupuesto de las obras y lo pagado por ellas, que resultó ser de 185 millones de pesos: de acuerdo a la evaluación de la documentación de la firma Skanska el pago de sobornos fue por un total de 14 millones de pesos.
Según sostuvo el juez, De Vido creó un esquema jurídico de delegación de funciones que le permitió determinar a través de sus dependientes, como López, la maniobra para direccionar las obras en favor de Skanska. Los embargos que fijó el juez hacia los funcionarios fueron de 49 millones de pesos; y el procesamiento recayó también en Néstor Ulloa, exdirector de Nación Fideicomisios; y 28 empresarios, entre ellos muchos de Skanska.