Ante un nuevo saqueo histórico

19 de mayo, 2018 | 12.12

Una vez más estamos ante uno de los grandes saqueos históricos perpetrados por la clase dominante contra el pueblo trabajador.

Como en la dictadura, con la hiperinflación que preparó el camino a las privatizaciones de los 90, o con la devaluación del 200 % de Duhalde. En pocos días los especuladores ganaron millones con la devaluación y las tasas al 40 %, mientras el pueblo trabajador ya lo está pagando con la suba de los precios, el freno de la economía y nuevos ataques que se vienen de la mano del pacto que se está concertando con el Fondo Monetario Internacional.

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Solamente con los intereses de Lebacs se pagaron 21 mil millones de dólares desde que subió Macri. La deuda pública, especialmente la contraída en dólares, no para de aumentar. Ya llega a 320 mil millones de dólares, que serán 380 mil millones para fin de año.

Detengámonos aquí un instante. De la dictadura en adelante hemos pagado 546 mil millones de dólares: 30 mil millones pagaron los genocidas; 35 mil millones, Alfonsín; 146 mil millones, Carlos Menem; 44 mil millones, Fernando de la Rúa; 17 mil millones, Eduardo Duhalde; 200 mil millones entre Néstor y Cristina Fernández de Kirchner; y ya van 104 mil millones pagados por Mauricio Macri en apenas dos años y medio de mandato. Una deuda ilegal y fraudulenta, cuyo primer salto en este ciclo ocurrió durante la dictadura gracias a la estatización de la deuda de los grandes grupos económicos que realizó Domingo Cavallo cuando estaba al frente del Banco Central.

Pasamos de deber 8 mil millones de dólares en 1976 a 45 mil millones en 1983. La socialización de las pérdidas y la privatización de las ganancias tan características del capitalismo. Un endeudamiento en el cual se comprobaron al menos 477 operaciones ilegales, según consta en el fallo del juez Ballestero en noviembre de 2000 en la causa iniciada por el fallecido Alejandro Olmos.

No pagar esta deuda es una necesidad imperiosa para terminar con este drenaje incesante de recursos, que hoy se está llevando más de un 10 % del presupuesto nacional. Si no se paga la deuda se podría duplicar el presupuesto de educación, salud, ciencia y técnica, vivienda y urbanismo, agua potable y alcantarillado. O se podría incrementar un 700 % el ingreso de las 2,7 millones de personas registradas en el decil más bajo en la Encuesta Permanente de Hogares del Indec.

Este reclamo, junto con la nacionalización de todas las empresas vinculadas a la energía, las que fueron privatizadas en los 90 y que desde entonces ganaron siempre, son planteos que deben ser tomados por todas las organizaciones de la clase trabajadora para terminar de una vez con este monumental saqueo.

Hoy solo desde la izquierda estamos impulsando estas medidas imprescindibles para no continuar con el sometimiento nacional. No hay que olvidar que Macri no está solo en la implementación del ajuste. Lo acompañan los gobernadores de las distintas fuerzas políticas. Estos mismos gobernadores aplican también ajustes en sus provincias, con aumentos salariales para estatales y docentes que se mantienen en la irrisoria pauta del 15 % que han pactado los burócratas sindicales, condenando a la caída del salario a los trabajadores.

Las semanas que se vienen serán de relevancia para ver si los “dueños del país” imponen un nuevo golpe al pueblo trabajador o este gana las calles y logra evitarlo. Toda nuestra energía está al servicio de que se materialice esta segunda alternativa, con un plan de lucha en serio, que comience con un paro activo nacional donde millones digan en las calles que no quieren pagar los costos del ajuste.

Christian Castillo, dirigente nacional del PTS y referente del Frente de Izquierda.