La compositora y cantante uruguaya Inés Errandonea, radicada desde 2019 en Buenos Aires, estrenará mañana en el porteño Café Vinilo su disco debut "La vida real", un puñado de atractivas y personalísimas canciones que, asegura, "nacieron de la mucha necesidad de decir algo que sentía, de entender algo que me pasaba, de hurgar un poco en mí misma".
"Para este primer disco quise permitirme hacer canciones, que es algo que amo, porque durante mucho tiempo tapé ese deseo por miedo, vergüenza y de todo un poco. Pero además las canciones de este disco son muy autorreferenciales, íntimas, y a su vez creo que eso mismo es un recurso artístico, analiza Errandonea durante una entrevista con Télam.
A guitarra y voz y entre Uruguay y la Argentina, la muchacha construyó un repertorio que bajo la producción de Juanito El Cantor y con su participación, además de las de Noelia Recalde y Papina de Palma, logran que la catarsis personal conecte con el oyente.
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Después de haber elegido las canciones repasa- me di cuenta de que al disco lo atravesaba esa búsqueda de expresar sin pulcritud y sin esconder nada lo que me pasaba. Incluso mis propias miserias o cosas que no me gustan, los dobleces en las relaciones, la parte fea de lo feliz, la parte cursi de nuestras vidas, y me interesó a partir de eso subrayarlo poniéndole La vida real al material.
En ese plan quedaron impresas una docena de canciones propias (la magnífica El temple justo, Esta noche, Anti radar, Isla grande, Decidí cantar, La Tierra, La moneda, De que se acaben los problemas, Círculo, Tu nombre, Qué hacés acá? y Todo tiene un final), que mañana a las 21 saldrán a escena en la sala porteña ubicada en Estados Unidos 2483.
Lejos del despliegue performático que concretó para la puesta de La vida real en Montevideo, Inés que también tiene formación en actuación, cine, teatro y comunicación- es desde niña integrante de Coralinas y en 2017 dio su primer paso en solitario con el EP Las Canciones que asumió en directo girando por México, Cuba y otros países de Centroamérica.
Télam: ¿Cómo se lleva la cancionista con tus otras facetas artísticas?
Inés Errandonea: Se súper complementan. Yo estudié comunicación y trabajé durante muchos años en asistencia de dirección y dirección de casting en cine, y cuando me di cuenta de que en realidad lo que yo más quería era hacer canciones y cantarlas por un momento pensé que me había equivocado antes, que había perdido el tiempo dedicándome a otra cosa. Pero enseguida que empecé a componer y a grabarme, toda esa otra parte de mí volvió a prenderse y de hecho se puso mucho más creativa. Volví a tener ideas para videos, a tener deseo de filmar, de editar, de actuar. Mi proyecto solista y la posibilidad de expresarme en las canciones me permitió que aparezca con fuerza todo lo otro y desde un lugar muy propio. Cuando pienso los shows tiene mucho que ver con esto también.
T: ¿Te sentís una emergente de la escena musical uruguaya? ¿Qué referencias recogés de allí y cuál sentís que es tu lugar?
IE: Sí me siento un poco así. Mis primeras referencias son de Uruguay tanto a nivel de artistas que admiro un poco más de lejos y que han sido faros durante mucho tiempo, como Fernando Cabrera, como de mis amigas músicas. Canté en coros y en un grupo vocal que se llama Coralinas con Carmen Pi durante prácticamente toda mi vida y eso tiene mucho que ver con lo que hago, Carmen en sí tiene mucho que ver pero también una cantidad de amigas que cantamos juntas y que nos contagiamos e impulsamos mucho. Papina es una de ellas y para mi verla hacer, escuchar sus canciones, su forma de acercarse a la expresión, de escribir, fue y es muy inspirador, y Belén Cuturi, Camila Ferrari, cada vez más mujeres de este grupo estamos haciendo nuestras músicas y me inspira muchísimo. Con respecto a cuál siento que es mi lugar me cuesta un poco lo de encontrar uno solo, me gusta mucho el movimiento, pero sin dudas que en Uruguay está mi raíz y la mayor parte de la gente que amo.
T: ¿Cómo estás preparando esta primera presentación del disco mañana en Café Vinilo?
IE: Significa algo importante para mí porque La vida real salió en plena pandemia con la imposibilidad que teníamos para tocar y para movernos. Lo grabé antes yendo y viniendo bastante entre Montevideo y Buenos Aires, entonces mi idea y mi ilusión era poder presentarlo y moverlo en las dos orillas, pero después cambió todo y tuve que elegir dónde hacer más el foco a nivel de shows. Eso decantó naturalmente hacia Uruguay, por ser mi país y donde venía desarrollando más mi música, y por suerte pude hacer shows grandes y moverlo bastante pero todo el tiempo sentía que me faltaba un pedazo, que yo lo quería tocar en Buenos Aires. Tengo mi casa en Buenos Aires y mi compañero, y es un disco que se grabó acá, realmente es importante para mí esta ciudad. Así que ahora el show incluso va a tener un poco que ver con eso, me interesa mucho que los espectáculos no sean solamente tocar en vivo las canciones, sino darles un concepto más, que pase algo más a nivel escénico y en la comunicación con el público, y aún siendo este un show muy íntimo estoy trabajando mucho en eso también. Va a ser un poco un ritual de decir che, yo vivo acá, encontrémonos.
T: ¿En qué basaste la decisión de cruzar el Río de la Plata?
IE: En verdad fue una decisión un poco circunstancial porque mi novio es argentino, íbamos y veníamos y después decidimos mudarnos juntos y en ese momento por muchos motivos, entre ellos mi deseo de grabar este disco, hacerlo con Juani y soltar un poco los otros trabajos, hicieron que tuviera más sentido que ese lugar fuera Buenos Aires. Siempre tenemos la idea de que esto es durante un tiempo y tal vez nos vayamos a Uruguay o a otro lado en otro momento, pero de todos modos Buenos Aires para mí es un lugar muy inspirador. Cuando recién me empecé a instalar me abrió a muchas posibilidades, no solo de cosas para hacer o lugares donde yo desarrollar mi música, sino que ver a mucha gente haciendo cosas de maneras tan diferentes, a tantas mujeres solistas, productoras tan apropiadas de sus proyectos me permitió ver un horizonte que me dio mucha libertad a la hora de desear y hacer.
Con información de Télam